El presidente Donald Trump y el primer ministro australiano Anthony Albanese han firmado un acuerdo sobre minerales críticos con el potencial de crear proyectos por valor de hasta 8.500 millones de dólares, según afirma el NYT. El pacto responde directamente a las recientes restricciones que China ha impuesto sobre sus exportaciones de tierras raras, un movimiento que Trump calificó como «siniestro y hostil».
Por qué es importante. Los minerales críticos y las tierras raras son materiales esenciales para fabricar desde semiconductores hasta motores, frenos y cazas militares. China domina actualmente el suministro global de estos recursos, lo que convierte cualquier restricción por su parte en una amenaza directa para las cadenas de producción occidentales. Y por tanto, diversificar las fuentes de este tipo de elementos se ha convertido en una prioridad estratégica tanto para la administración Trump como para la anterior de Biden.
Acuerdo con Australia. Según el resumen proporcionado por la Casa Blanca, el acuerdo contempla que Estados Unidos y Australia inviertan conjuntamente 3.000 millones de dólares en proyectos de minerales críticos durante los próximos seis meses. Por su parte, Australia se compromete a invertir miles de millones en empresas de defensa estadounidenses. El Departamento de Defensa estadounidense también participará en la construcción de una nueva refinería en Australia capaz de extraer 100 toneladas anuales de galio metálico.
«En aproximadamente un año, tendremos tantos minerales críticos y tierras raras que no sabrán qué hacer con ellos», afirmaba Trump de manera optimista durante la reunión con Albanese. El primer ministro australiano, por su parte, subrayó que este acuerdo sobre minerales críticos lleva la relación económica y de seguridad entre ambos países «al siguiente nivel».
Plan de acción. La oficina de Albanese ha dejado claro que el acuerdo funciona como un «plan de acción» que «no constituye ni crea obligaciones legalmente vinculantes». Esto contrasta con las declaraciones públicas de ambos líderes, que se veían muy entusiasmados en cámara sobre el acuerdo, según apunta el medio. El embajador australiano en Estados Unidos, Kevin Rudd, ya había adelantado en agosto que Australia estaba «lista y capacitada para ayudar» a diversificar las cadenas de suministro estadounidenses, recordando que la fabricación de un solo submarino de clase Virginia requiere aproximadamente 4,5 toneladas cortas de minerales críticos y elementos de tierras raras.
Este acuerdo también confirma el respaldo de Trump al pacto AUKUS, la alianza de defensa trilateral entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciada en 2021 bajo la administración Biden. Trump, que había sometido AUKUS a una revisión exhaustiva desde julio, aseguró que los planes para entregar submarinos de fabricación estadounidense a Canberra «avanzan muy rápidamente». Sin embargo, reconoció que el proyecto había avanzado «demasiado lento» hasta ahora. El secretario de la Marina estadounidense, John Phelan, declaró que el objetivo es «mejorar el marco original de AUKUS para las tres partes y aclarar parte de la ambigüedad que había en el acuerdo anterior».
La puerta de China aún no está cerrada. Con este movimiento, Estados Unidos está más cerca de tener acceso a estos minerales críticos desde distintas partes del mundo, restando su dependencia con China. En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha comprometido 75 millones de dólares para invertir en las reservas minerales de Ucrania y ha respaldado proyectos ferroviarios en Angola que facilitarán el acceso a minerales en África central. A pesar de las tensiones con Pekín, Trump afirmó el lunes que cree posible alcanzar un acuerdo comercial con China durante su próximo viaje a Asia este mes, donde se espera que se reúna con el líder chino Xi Jinping.
Imagen de portada | Paul-Alain Hunt y Brandon Mowinkel
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