Esta historia empieza con una pizca de esperanza. En los últimos días, los principales modelos meteorológicos empezaban a ponerse de acuerdo: la interacción de una vaguada profunda y una baja subtropical que generaría un frente bastante activo.
O sea, por primera vez en mucho tiempo, la lluvia de verdad podría hacerse camino hasta España. Ni Danas, ni tormentas de verano: agua de verdad.
¿El problema? Que, en realidad, eso eran solo un puñado de salidas deterministas y teniendo en cuenta que el otoño siempre ha sido (y será cada vez más) infernalmente difícil de modelar, eso era muy poco.
No quiere decir, claro está, que no vaya a llover. Va a llover, pero las dudas son enormes. Aunque, a medida que se reparten las cartas, todo empieza a tener sentido.
Pero, ¿qué va a pasar? Según AEMET, de lunes a miércoles, la lluvia se concentrará en el noroeste peninsular. No obstante, solo en Galicia será persistente y habrá acumulaciones importantes. El jueves la situación se pondrá más «democrática» y las lluvias llegarán a buena parte del noroeste, el centro de la Península y los Pirineos. El viento puede llegar a ser muy fuerte.
No obstante, la lluvia de verdad (todo lo «de verdad» que puede ser en esta situación) en el centro tendrá que esperar al viernes.
Más allá del viernes todo se vuelve más difuso, se espera algo de lluvia en el interior, en el sur y en Baleares. Y, casi con total seguridad, una pequeña baja de temperaturas seguida por otro repunte. Uno que nos dejará mejor de lo que estábamos, sí; pero con temperaturas por encima de lo normal.
¿Y entonces? En realidad, todo parece indicar que estas escaramuzas meteorológicas serán poca cosa. Y, ante esto, muchos expertos ya empiezan a poner sus esperanzas en diciembre.
Eso es malo, sí. Es verdad que los embalses del país están mucho mejor no solo que el año pasado, sino que la media de los últimos diez años. Pero ese «colchón hídrico» no va a durar para siempre y, aunque lo solemos olvidar, otoño es una estación especialmente importante para las reservas. «en términos generales, el otoño suele registrar mayores acumulados que el invierno en el conjunto de nuestro país», decía Yurima Celdrán.
Si lo perdemos, nos estaremos enfrentando a la próxima sequía con una mano atada a la espalda. E irnos a diciembre para esperar un ‘milagro’, no es nada positivo.
Imagen | ECMWF