“Esa es la gran mentira. Nosotros compramos el aditivo que recomienda Exolum. Pero ni vale nada, ni vale para nada. Ponemos el aditivo porque la gente piensa que el aditivo es bueno”

Lo de que el aditivo «no vale para nada» no lo decimos nosotros. Desde luego, tampoco lo dice «el mejor mecánico de España» quien cree firmemente que la gasolina low cost es de peor calidad. Quien habla sobre la conveniencia o no del aditivo es José Rodríguez de Arellano, «el rey de la gasolina barata», aseguran en El País

En el diario español han entrevistado al Rodríguez de Arellano, CEO de Plenergy, una empresa de gasolineras con 370 puntos de venta repartidos por España y que ya vende unos 1.700 millones de litros de combustible. 

Evidentemente, las palabras de Rodríguez de Arelllano barren para casa. Preguntado sobre la conveniencia de utilizar aditivos que mejorar la vida útil del motor, el CEO de la compañía lo tiene muy claro: «si valiera para algo ya lo habrían dicho los líderes». 

Qué sabemos de los aditivos

La conveniencia o no de utilizar aditivos para el coche o repostar una gasolinera que se presupone de «mejor calidad» tiene algo de cierto y mucho de esperanza. Porque, realmente, si el combustible que repostamos cuenta con los estándares de calidad mínimos con los que debe cumplir el carburante de nuestro país no tiene por qué haber ningún problema. 

Lo que hay que tener claro es que la gasolina que echamos en nuestro depósito en Plenergy o Ballenoil es la misma que si lo hacemos en Repsol o BP. Al menos, lo es casi en su totalidad. Como si fuera un guiso donde todo procede de la misma olla pero luego cada cocinero termina por darle su toque personal. 

El origen de todo el combustible que se consume en España está en Exolum, antigua CHL. A Exolum, el combustible llega desde las refinerías que BP, Repsol o Moeve tienen repartidas por España. Allí se comprueba que el combustible cuenta con la calidad mínima para su venta en nuestro país y es repartida a las diferentes compañías. 

Es en esta distribución donde empiezan las diferencias. La propia Exolum ya pone a la venta combustible con aditivo y sin él. Es el conocido como HQ300 y encarece de base el producto. «Es la gran mentira. Nosotros compramos el aditivo que recomienda Exolum». En su entrevista a El País, el CEO de Plenergy confirmaba que utilizan este combustible aditivado y que, sin embargo, para él no tenía sentido y que era un ejercicio de puro marketing. Y continuaba:

“El aditivo no tiene importancia para el motor. Lo que pasa es que estamos en una dinámica en la que todo el mundo habla del aditivo. Si valiera para algo ya lo habrían dicho los líderes. Habrían hecho un estudio independiente para demostrar que su aditivo permite que el coche ande x kilómetros más. Es la misma fantasía que la que sigue habiendo en el país entendiendo que el combustible es diferente, pero sale del mismo depósito»

Y es que aquí es donde hay gran parte del secreto. Una vez Exolum entrega su combustible con o sin aditivo, son las propias compañías las que aportan ese toque del cocinero del que hablábamos. Las firmas de mayor renombre (y coste para el cliente) utilizan sus propios aditivos que, aseguran, mejoran la vida útil del motor o consiguen que el coche realice más kilómetros con la misma cantidad de combustible. Es decir, que consuma menos. 

Sin embargo, hay tantos condicionantes a la hora de demostrar que esto influye realmente que no termina de estar de todo claro que exista un beneficio real. De hecho, si acudes a una de las webs donde se explica el funcionamiento de los aditivos, siempre irán acompañado de un pequeño texto legal en la parte inferior. 

Sobre una mayor vida útil del motor y una mejor eficiencia (BP asegura que los coches que utilizan sus combustibles pueden recorrer 840 kilómetros más por cada 13.000 kilómetros realizados) en la página de BP se lee lo siguiente

*Los beneficios se logran con el tiempo y pueden variar según cómo y qué vehículo conduzcas.

**Afirmación basada en el uso continuado en más de 13.000 km. Comparado con combustibles básicos (combustibles que sólo cumplen con los requisitos mínimos establecidos en el Real Decreto 61/2006 del 31 de enero). Los beneficios pueden variar en función del vehículo, estilo de conducción, condiciones del asfalto y otros factores.

El problema es casi imposible realizar estudios que puedan trasladarse a la práctica. El consumo del combustible está íntimamente ligado con el estilo de conducción pero también con causas mucho más sencillas como llevar los neumáticos con la presión correcta o, simplemente, realizar un mantenimiento adecuado del vehículo lo que puede tener mucho más impacto en el consumo del combustible y en huir de posibles averías que en el uso de un carburante u otro. 

Todo indica que habría que realizar tantos kilómetros con tantos motores diferentes y durante tanto tiempo en condiciones de laboratorio que el coste sería demasiado alto. Por eso Rodríguez de Arellano asegura que «los líderes» no han presentado ningún estudio independiente que valide el uso de aditivos para mejorar el combustible que llega desde Exolum. 

Esta última perspectiva era la que validaba Carles Fité, profesor titular de Ingeniería Química, y Rodrigo Soto, profesor lector de Ingeniería Química, a El Confidencial. Ambos expertos señalaban que todas las gasolinas que tenían expuestas tenían una misma base y que no había diferencias sustanciales entre unas y otras que pudieran confirmar que existen esos supuestos beneficios. 

Foto | Plenergy

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