La decoración no es algo puramente estético y superficial. Se ha visto, por ejemplo, que la decoración de los hospitales ayuda a los pacientes a sentirse más cómodos durante los ingresos y que eso repercute hasta cierto punto en su salud. Sobre todo parece ser beneficioso en hospitales infantiles. También en nuestros hogares intentamos que la decoración, además de bonita, sea funcional y confortable. ¿Pero qué pasa con la decoración del lugar de trabajo? Le prestamos mucha menos atención, pero no deja de ser un lugar en el que pasamos muchísimas horas al día.

Actualmente, la mayoría de oficinas, sobre todo cuando pertenecen a grandes compañías, buscan la funcionalidad máxima. Sillas cómodas y ordenadores de última generación, pero espacios desnudos y sin decoración más allá de lo necesario a nivel corporativo. Esto resulta aburrido a la vista, está claro. ¿Pero puede afectar también la decoración del lugar de trabajo a la productividad?

Es una pregunta que se hizo en 2010 un equipo de científicos de la Universidad de Exeter. Para responderla, llevaron a cabo dos experimentos sencillos con más de 2.000 personas. Las conclusiones se publicaron en dos revistas distintas, pero pueden resumirse en que, efectivamente, la decoración del lugar de trabajo es realmente importante.

¿Quién decide la decoración del lugar de trabajo?

Estos científicos querían saber cómo afecta la decoración del lugar de trabajo a la productividad de los empleados. Pero no solo querían centrarse en que las oficinas estuviesen más o menos desnudas. También querían ver cómo influye la capacidad de decisión de los trabajadores sobre el diseño.

Por eso, en el primer experimento se realizaron dos encuestas a los voluntarios. En la primera se les preguntaba sobre su capacidad de decisión en la decoración de su lugar de trabajo. Después, se les hizo una serie de preguntas sobre su grado de satisfacción con su empleo y la relación con sus jefes y compañeros.

Al comparar los resultados de ambas encuestas, se vio que cuando más poder tenían los empleados a la hora de diseñar los espacios de trabajo, más felices se encontraban con su labor y mejor se llevaban tanto con jefes como con compañeros.

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