La temporada de verano en el hemisferio norte ya está lista. Aún no ha finalizado la primavera, pero las temperaturas ya acompañan para visitar la playa o hacer actividades al aire libre. Al menos, acompañan intermitentemente. Es el momento de recordar la importancia del protector solar y, de paso, desmentir algunos bulos como, por ejemplo, el significado del SPF.

Estas son las siglas en inglés de “factor de protección solar”. Como su propio nombre indica, hace referencia a la cantidad de protección que nos confiere el protector. Eso lo tenemos todos claro. A más SPF, más protegidos.

No obstante, suele decirse que el SPF hace referencia al tiempo que estaremos protegidos mientras usamos el protector, a pesar de que en realidad se refiere a la cantidad de exposición solar. Vamos a verlo con algunos ejemplos.

La verdadera definición del SPF

El SPF hace referencia, por un lado, a la cantidad de energía solar que puede incidir sobre la piel protegida sin provocar quemaduras en relación con la cantidad necesaria para una piel sin proteger. 

Esto no se mide en tiempo, sino en porcentajes. Por ejemplo, con un SPF 30, solo una trigésima parte de la radiación solar puede atravesar la piel. Esto significa un 3,3 %. En cambio, con un SPF 50, solo lo haría una quincuagésima parte. Es decir, un 2%. Ni un 3,3% ni un 2% provocarán quemaduras en un principio. No obstante, con el tiempo quizás sí podrían hacerlo, por acumulación. 

Entonces, ¿por qué no podemos hablar de tiempo?

Visto el tema de los porcentajes, podríamos hacer cálculos para ver cuánto tiempo tardarían en aparecer las quemaduras. Si solo cala un 2% de la radiación, el tiempo será mayor, lógicamente. Sin embargo, no se pueden hacer cálculos exactos, porque la cantidad de radiación soalr no es la misma todo el tiempo. Depende mucho de la ubicación geográfica y de cómo de despejado esté el cielo, pero incluso en un mismo lugar la cantidad de exposición solar varía a lo largo de las horas.

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La hora a la que tomamos el sol influye mucho. Crédito: Pexels

Según la FDA de Estados Unidos, la cantidad de radiación solar que atraviesa nuestra piel en 1 hora a las 9 de la mañana puede ser equivalente a la que lo hace en solo 15 minutos a las 13 del mediodía. Por ese motivo, no se puede calcular el tiempo con exactitud. De hecho, puede que nos quememos más rápido con un SPF 50 por la tarde que con un SPF 30 por la mañana.

¿Cuál es el SPF perfecto?

Los expertos recomiendan usar siempre un SPF 30 o 50. Por debajo de esa cifra el nivel de protección es mucho más bajo. Por ejemplo, con el SPF 15 se dejan pasar el 6% de las radiaciones a través de la piel y eso, aunque parezca poco, es mucho en comparación con los SPF superiores.

Aun así, las personas de piel más oscura quizás sí puedan permitirse un SPF más bajito. Esto se debe a que el pigmento que da color a la piel, llamado melanina, se encarga de absorber las radiaciones solares para que no lleguen hasta las células dérmicas. Si ya hay una barrera natural de este tipo, no sería tan necesario un SPF alto. También influye mucho la edad. Los niños y las personas mayores tienen la piel más fina y sensible, por lo que es importante que usen siempre un SPF alto, a ser posible del 50.

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Los niños deben usar un SPF alto. Crédito: Derek Owens (Unsplash)

Eso sí, usemos el que usemos, es importante reponer cada 2 horas aproximadamente. Y es que el SPF puede facilitar que estemos más tiempo sin quemarnos, pero el protector solar se va degradando con el paso del tiempo, sobre todo si sudamos, nos rozamos o nos mojamos. Es importante reponerlo regularmente, sea cual sea su SPF.

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