Cuando se publicó en 1972 el libro La última tentación de Cristo de Nikos Kazantzakis, causó mucho revuelo. No solo porque se trataba de una mirada singular en la figura de Jesucristo, que incluía el contexto de los que le rodeaban. También, porque se alejaba de la perfección divina que se le atribuye para explorar en su aspecto más humano y cercano, incluso, a la duda. Lo que brindaba una dimensión mucho más sensible y conmovedora de la importante figura religiosa. Un anticipo de lo que vendría con las llamadas películas blasfemas.
Cuando Martin Scorsese anunció que llevaría a la gran pantalla la historia, despertó preocupación. Mucho más, porque el director, conocido por su ángulo sobre la violencia y la oscuridad de los hombres, admitió que quería mostrar a un Jesucristo por completo distinto, a las contemplativas versiones del cine hasta entonces. El resultado fue una cinta incómoda, profundamente conmovedora y, al final, con una mirada controversial sobre la fe, la duda ética y hasta el dolor psicológico. Lo que provocó la ira de creyentes, la censura del Vaticano y hasta amenazas contra el director.
Por supuesto, la hazaña de escandalizar a la vez a todo tipo de público, no es exclusiva de Scorsese. Aunque sin duda, la suya fue el intento más directo de hacerlo. Si quieres explorar en la blasfemia en el cine, te dejamos siete películas y dónde verlas. De la historia de un patriarca bíblico que desconcierta por su punto de vista sobre el mal, hasta la violencia amparada en la religión. Todo para profundizar en el terreno complicado de la blasfemia en el cine.
Noé
En 2014, Darren Aronofsky dirigió y escribió esta visión sobre el patriarca bíblico, responsable de la mítica arca y de salvar, según las Escrituras, toda la vida en la Tierra. Pero antes de decantarse por lo místico o, en cualquier caso, lo divino de la misión de Noé, el director imaginó un mundo a escala colosal, en el que el apocalipsis fluvial es el menor de los problemas.
Por lo que la legendaria figura (interpretada por Russell Crowe), debe enfrentar desde la oposición de sus vecinos y amigos al magno proyecto santo que se encomienda, hasta la presencia de ángeles. Estos últimos, más parecidos a figuras alienígenas que a exquisitos espíritus del bien.
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Por lo que Noé terminó siendo más parecida a una épica de ciencia ficción, que a una revisión de la historia bíblica. La combinación sorprendió a la audiencia, enfureció a los fieles y desató un debate de meses alrededor de la cinta. Todo lo que terminó por afectar su rendimiento en taquilla e incluso, su paso por la temporada de premios.
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La vida de Brian
En 1979, Terry Jones dirigió a los legendarios Monty Python en la que se convirtió en su película más escandalosa. Eso, al reimaginar la vida de Jesucristo, solo que a través de un testigo de excepción: un vecino de Jerusalén, que termina por ser llamado también Mesías. Pero lo que comienza por una serie de equívocos, pronto se transforma en la más disparada excusa para burlarse de todo lo imaginable.
De Jesucristo y el misterio de su nacimiento, el nombre de su madre y hasta de la crucifixión. No quedó un solo aspecto de la historia bíblica que no pasara por el humor profano del grupo de comediantes ingleses. Lo que, claro está, levantó la ira de los católicos en todo el mundo e incluso, la prohibición de la exhibición de la película en algunos lugares de Inglaterra y Estados Unidos. Para la historia del cine profano.
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Estigma
Este clásico del terror de 1999, utilizó el fenómeno místico más misterioso de la Iglesia católica, para narrar un thriller que se hacía más oscuro por minutos. Frankie Paige (Patricia Arquette) es una chica corriente que, luego de recibir un crucifijo como obsequio de su madre, comienza a mostrar las legendarias heridas de Jesucristo en su cuerpo. También, a tener lo que todo parece indicar, se trata de trances en los que se comunica con lo sobrenatural.
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La situación se hace cada vez peor, cuando el Vaticano pide al padre Andrew Kiernan (Gabriel Byrne), verificar la autenticidad del supuesto milagro. Lo que llevará a descubrir que lo que le ocurre a Frankie es mucho más tortuoso y mundano de lo que suponía. Claro está, el uso del estigma como excusa para una trama de terror molestó al Vaticano y, en especial, a los que consideran las señales de Cristo como una de sus manifestaciones más enigmáticas.
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Inmaculada
Este mismo año, el director Michael Mohan se ganó reproches de grupos conservadores norteamericanos por Inmaculada. La cinta, que protagoniza Sydney Sweeney, pronto se convirtió en motivo de quejas e incluso, airadas protestas a través de las redes sociales, muy arriba en la lista de películas blasfemas. ¿El motivo? Que toda la trama gira alrededor de la concepción milagrosa de una jovencísima religiosa, recluida en un monasterio italiano.
Mucho peor: el misterio, que se narraba desde la perspectiva y malestar de Cecilia (Sweeney, convertida en indiscutible Scream Queen), terminaba por ser más tortuoso de lo esperado. Eso, al involucrar la sangre de Cristo, un clavo de la crucifixión y hasta un intento de clonar a la importante figura religiosa. ¿Un dato curioso? Neon, que distribuyó la cinta, usó los airados epítetos contra la cinta como una forma de publicidad. Un éxito blasfemo por dónde se mire.
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Los demonios
En 1971, Ken Russell tomó la historia real de Urbain Grandier, un sacerdote francés acusado de pervertir un convento, y la transformó en una escandalosa película que aterró a la audiencia católica. La historia, ambientada en XVII, narra cómo Grandier (Oliver Reed) y la hermana Jeanne (Vanessa Redgrave) convierten al sagrado recinto en territorio de herejía y horrores.
Plagada de escenas aterradoras, sexualmente explícitas y la mayoría repugnantes, la cinta se convirtió casi de inmediato en objeto de malestar y furia para la feligresía católica. Eso, a pesar de que el director cortó seis minutos de controvertido metraje, para lograr la clasificación para todo público.
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Camino
En 2008, el director Javier Fesser adaptó libremente la vida de la Venerable Alexia González-Barros, y la convirtió en una revisión del Opus Dei y sus postulados. Lo que comienza como la historia de una niña que enfrentará casi al mismo tiempo enamorarse y morir, termina por ser una controvertida visión sobre la disciplina religiosa, el bien o el mal contemporáneo.
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La postura de la cinta, despertó comentarios airados por parte de los miembros del Opus Dei y una incómoda discusión acerca del tránsito de la muerte que profundiza la jurisdicción católica.
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Teniente corrupto
Casi por accidente, esta obra mediocre del director Abel Ferrara, se convirtió en pasto de controversia entre creyentes en todo el mundo y en la lista de películas blasfemas. Eso, al mostrar una redención en clave de sacrificio, que incluía visiones alucinógenas sangrientas, una brutal escena de violencia sexual y referencias ambiguas a símbolos cristianos.
Incómoda y dura de asimilar, buena parte de la historia hace hincapié en la posibilidad de que el dolor extremo y la violencia gratuita, sean formas de expiar los pecados. Un mensaje que disgustó a grupos religiosos y hasta a la cadena de alquiler de videos Blockbuster, que terminó por sacar a la cinta de sus opciones.
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