Estos días se está hablando mucho en redes sobre el caso de una madre y una hija expulsadas de un avión por la alergia a los cacahuetes de la niña. Al parecer, la madre pidió a los pasajeros que no comiesen cacahuetes, por miedo a que le pasase algo a su hija, y esto no gustó a la tripulación, que decidió echarlas del avión. A falta de confirmar si la historia es cierta, resulta curiosa la discusión que se ha generado en los comentarios. Hay personas que apoyan a la madre, mientras que otras sostienen que es una tontería pedir al resto de pasajeros que no coman cacahuetes cuando todo se solucionaría si la niña no los ingiere. ¿Pero es todo así de sencillo?
Lo cierto es que este es un tema bastante controvertido. No sabemos en qué compañía volaban la madre y la hija de la historia. Pero sí que es verdad que hay aerolíneas que, por precaución, prohíben el consumo de cacahuetes dentro del avión. Esto se basa en la sospecha de que las personas con una alergia a los cacahuetes muy intensa puedan sufrir también por la inhalación de los frutos secos.
Es algo que se ha estudiado científicamente en los últimos años. La mayoría de investigaciones señalan que, en realidad, no hay mucho peligro por inhalar estos frutos secos. Sobre todo si se encuentran en un lugar alejado, como pueden ser los dos extremos de un avión. No obstante, siempre será mejor prevenir que curar. Por eso, algunas compañías apelan al principio de precaución y optan por prohibir la venta y consumo de estos productos.
¿En qué consiste la alergia a los cacahuetes?
La alergia a los cacahuetes es una de las alergias alimentarias más comunes. Se calcula que en España la padecen al menos 200.000 personas, aunque la cifra probablemente sea mucho mayor.
Como cualquier otra alergia, se debe a que el sistema inmunitario reacciona erróneamente contra ciertas proteínas presentes en el cacahuete, como si se tratase de algún agente dañino o infeccioso. Esto provoca síntomas que van desde picor en la boca hasta ronchones en la piel, pasando por dificultad para respirar, conjuntivitis y edema en ojos, cara y labios. En los casos más graves puede producirse un shock anafiláctico, que muchas veces no avisa con tiempo. Es decir, alguien que previamente haya tenido solo una reacción leve a los cacahuetes puede presentar una muchísimo más grave en el siguiente contacto.
Por eso, estas personas deben tener muchísimo cuidado con lo que comen. Es mucho más habitual en niños que en adultos. De hecho, en algunos casos la alergia a los cacahuetes remite a medida que los pacientes se hacen mayores.


Muchas veces, los niños no controlan lo que comen, de ahí que, por ejemplo, se evite que haya cacahuetes en un cumpleaños si uno de los invitados es alérgico. Ahora bien, ¿es necesario que no haya cacahuetes en un avión si hay un pasajero con alergia?
Las causas de las prohibiciones en los aviones
En realidad, si se prohíben los cacahuetes en los aviones, no es para que los alérgicos no los coman. Incluso si se trata de niños pequeños, se presupone que irán con un adulto que cuidará que no coman lo que no deben. El problema es que esas proteínas que reconoce su sistema inmunitario pasen al aire y puedan ser inhaladas.
En 2021, un equipo de científicos suecos estudió hasta qué punto puede llegar esto a ser preocupante. Para ello colocaron a 84 niños con alergia a los cacahuetes en una habitación, a 0,5 metros de un cuenco con estos frutos secos. Tras 30 minutos, en condiciones controladas, se estudió si habían desarrollado síntomas.
Paralelamente, en otro experimento se recogieron muestras del aire circundante a los cacahuetes para comprobar si algunas de las proteínas alergénicas se encontraban en el mismo.
Solo dos niños mostraron una leve rinoconjuntivitis que no requirió tratamiento. Además, los niveles de anticuerpos en su sangre no denotaban una reacción alérgica . En cuanto a las proteínas detectadas en el aire, la concentración de aquellas que podrían causar alergia fue extremadamente baja.
Una cuestión de ansiedad
Con base en las conclusiones del estudio sueco, inhalar cacahuetes no es peligroso para las personas alérgicas. Esto es algo con lo que están de acuerdo la mayoría de alergólogos encuestados al respecto a lo largo de los años. Uno de ellos es el doctor Edwin Kim, de la UNC Health. Según explicó en 2019 en la página web de su centro de trabajo, es extremadamente improbable que las personas con alergia a los cacahuetes tengan un shock anafiláctico por inhalarlos. Pero sí que podrían sentirse mal por el olor de los frutos secos.


Esto, en realidad, se debe a que su cerebro asocia ese olor con peligro, de manera que se puede generar un ataque de ansiedad. Es algo que podría solucionarse con terapia psicológica, pero siempre será mucho más sencillo evitar los cacahuetes en el avión.
Nadie va a morirse por no comer frutos secos en lo que dura un vuelo y puede que los alérgicos tampoco se mueran por olerlos, pero sí pueden pasar un mal rato. No hay necesidad de provocárselo. De ahí el principio de precaución.