El Oklahoma City Thunder hizo historia al conquistar el campeonato de la NBA al imponerse 103-91 ante los Indiana Pacers en el séptimo y definitivo juego de las Finales, disputado en el Paycom Center. La franquicia vuelve a saborear la gloria después de 46 años, desde aquel título obtenido en 1979, cuando todavía tenía sede en Seattle y se conocía como los SuperSonics.
El equipo dirigido por Mike Daigneault construyó su victoria con un tercer cuarto demoledor, en el que sacó una diferencia clave al imponerse 34-20, luego de haber ganado por la mínima el primer parcial y cedido el segundo por cuatro puntos. Con un sólido 81-68 al iniciar el último cuarto, los Thunder supieron manejar la ventaja y nunca vieron peligrar su liderazgo en el marcador.
El golpe anímico para los Pacers llegó temprano: Tyrese Haliburton, figura del equipo, sufrió una lesión en su pierna derecha en el primer cuarto y tuvo que abandonar el encuentro entre lágrimas, sin poder apoyar el pie. Su ausencia fue determinante para el equipo de Indianápolis, que perdió a su principal referente en el momento más decisivo.
Del lado del Thunder, el gran protagonista fue Shai Gilgeous-Alexander, quien anotó 29 puntos, repartió 12 asistencias y capturó cinco rebotes, actuación que lo consagró como el Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada, superando a figuras como Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic. Gilgeous-Alexander también fue incluido en el quinteto ideal de la temporada 2024-2025 junto a Antetokounmpo, Jayson Tatum, Jokic y Donovan Mitchell.
Además del MVP, Oklahoma contó con aportes clave de Jalen Williams (20 puntos) y Chet Holmgren (18). Completaron la lista de anotadores Alex Caruso y Cason Wallace con 10 puntos cada uno, Luguentz Dort con 9 e Isaiah Hartenstein con 7.
En los Pacers, Bennedict Mathurin fue el más destacado con 24 unidades, seguido por Pascal Siakam y T.J. McConnell con 16 cada uno. Andrew Nembhard aportó 15, mientras que Haliburton alcanzó a anotar 9 antes de su lesión. Completaron la cuenta Myles Turner (6), Aaron Nesmith (3) y Tony Bradley (2).
Con esta consagración, el Thunder cierra una temporada memorable y celebra su primer campeonato desde que se mudó a Oklahoma City, escribiendo un nuevo capítulo dorado en la historia de la NBA.