En 1962, el Presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy aprobó la creación de los Navy SEALs, una unidad militar de élite que se dedicaría a librar la guerra de maneras no convencionales. Su nombre hace referencia a cómo son entrenados para operar en cualquier terreno, SEa (mar), Air (aire) y Land (tierra). Sus miembros son los herederos de los grupos clandestinos de la Segunda Guerra Mundial, cuyas tácticas audaces les permitían completar misiones secretas de la mayor importancia y complejidad. El Presidente seleccionó a los miembros más capaces del Underwater Demolition Team, creando los dos primeros equipos SEAL que serían enviados a Vietnam del Sur a entrenar a los comandos anticomunistas. Luego de 11 años de misiones clandestinas, el último SEAL abandonaría Vietnam.

Los Navy SEALs recibieron reconocimiento a nivel global a partir del año 2011, luego del éxito de la épica Operación Neptune Spear, en la cual los soldados de élite se infiltraron en Pakistán para acabar con la vida del terrorista más infame de todos los tiempos, Osama Bin Laden. La película Zero Dark Thirty llevó la historia de la operación al cine, contribuyendo a convertir a los SEALs en un grupo de guerreros legendarios, capaces de triunfar frente a las circunstancias más adversas.

Hay mucho que podemos aprender de los Navy SEALs. Se dice que la cualidad indispensable para formar parte del equipo es la fortaleza mental. En una batalla convencional, no importa mucho si cometes un error. El campo de batalla es un caos, miles y miles de tropas entrando en combate, la responsabilidad por el desenlace del conflicto se divide en muchísimos pedazos. Las unidades de élite no tienen ese lujo. Estas trabajan en ambientes reducidos, en situaciones en las que el sigilo es clave y un sencillo error podría significar tu muerte y la de todo tu escuadrón. Por eso necesitas una mentalidad de acero para salir victorioso. En este artículo compartimos con ustedes el arma secreta de estos guerreros.

El «salón de guerra» desde el cual el gabinete del Presidente Barack Obama monitoreaba la Operación Neptune Spear.

Un entrenamiento infernal

Para convertirte en un miembro de los Navy SEALs tendrás que soportar 24 semanas (7 meses) de entrenamiento infernal, denominado BUD/S (Basic Underwater Demolition/Seal). Tan desgarrador que el 75% de los aspirantes no logran completarlo. Y no cualquiera califica para comenzar el entrenamiento, sino que debes pasar una prueba inicial. Tienes que poder hacer al menos 50 flexiones en menos de dos minutos, 50 sentadillas bajo las mismas condiciones, al menos 10 barras, correr 2,4 km en al menos diez minutos y medio y poder nadar 450 metros en al menos 12 minutos y medio.

Aprobada la primera fase te conviertes en candidato, ganando el privilegio de experimentar el boot camp de la Marina, el programa de entrenamiento fundamental de diez semanas para convertirte en un verdadero soldado de élite. Luego viene un curso preparatorio de siete semanas de duración. Al completarlo comienza el verdadero entrenamiento SEAL.

Cada semana del entrenamiento consiste en: nadar cuatro kilómetros usando chapaletas, correr 6,4 km en al menos 31 minutos y superar una carrera de obstáculos. Esto acompañado de múltiples pruebas para aprender a nadar efectivamente bajo el agua con y sin chapaletas. Está compuesto de tres fases: la primera enfocada en acondicionamiento físico básico. La segunda se concentra en perfeccionar las habilidades de buceo. La tercera enseña tácticas de guerra en tierra firme, incluyendo el manejo de armas y explosivos.

Todavía no llegamos a la peor parte.

La cuarta semana de entrenamiento es denominada «hell week», o «la semana del infierno». Solo un 25% es capaz de atravesarla para continuar con el programa. Durante esos seis días, a los candidatos solamente se les permite dormir cuatro horas al día (prohibiendo también el consumo de cafeína), debiendo realizar todo tipo de actividad física durante las veinte restantes. El domingo los instructores despiertan a los aspirantes con todo tipo de explosiones simuladas, los guían hacia la playa para comenzar con las ciento de flexiones, entre otros ejercicios de calistenia como barras y sentadillas. Cada seis horas se te permite comer, pero en porciones pequeñas y rápidamente para mantener el ritmo de constante actividad física.

El lunes comienza con tú y tus compañeros cargando un tronco de 68 kg, depositándolo en la arena, cargándolo de nuevo sobre la cabeza hasta llegar al mar, repitiendo el mismo proceso hasta que termine el día. El martes deberás remar un bote hacia una formación rocosa con el objetivo de desembarcar sobre ellas. Suena sencillo, hasta que debes maniobrar mientras las olas te empujan constantemente contra las rocas.

El miércoles hay una carrera en bote, al equipo ganador se le permite dormir en la playa hasta que los demás equipos los alcancen. El jueves toca jugar a las escondidas, debes camuflarte lo mejor posible, evitando que los instructores te encuentren. Si lo logras serás premiado con el calor de una fogata. Para el viernes, el último día, la mayoría de personas ya han abandonado el entrenamiento. Deberás cargar un bote de 120 kg sobre tu cabeza junto con tus compañeros.

El arma secreta de los Navy SEALs

Para soportar todos esos entrenamientos infernales, los Navy SEALs utilizan diversas técnicas para fortalecer su capacidad de resistencia. La más poderosa tiene que ver con la respiración. Cuando te enfrentas al caos de la batalla, parece que el desenlace del conflicto se encuentra completamente fuera de tu control. Por eso, la clave yace en concentrarte en lo que, a pesar de todo, siempre puedes controlar.

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