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A estas alturas, es casi un cliché que una estrella de cine que alcanza cierto éxito declare que lo que realmente quería era dirigir. Y el salto que dan algunas de ellas es brillante. Aunque muchas veces implica tener que cumplir con los requisitos que plantean los estudios. De hecho, en ocasiones, la única forma de llevar a cabo una película arriesgada es ofrecerse a protagonizarla. Es lo que le ocurrió a Clint Eastwood, que supo aprovechar esto mismo para regalarnos clásicos como ‘Sin perdón‘, ‘Un mundo perfecto‘ o ‘Los puentes de Madison‘. Películas que no existirían si no hubiera aceptado protagonizar ‘Play Misty for Me‘ (que en español se tituló ‘Escalofrío en la noche’).
Un único requisito


Durante su intervención en el programa de la BBC de Michael Parkinson de 2003 para promocionar ‘Mystic River‘, Eastwood explicó que la única manera de hacer realidad su primera película como director fue prometiéndole a Universal Studios que también la protagonizaría.
En aquel momento, Eastwood había dejado atrás los spaghetti westerns que catapultaron su carrera y se lanzó a rodar ‘Play Misty for Me’, que contaba la historia de un disc jockey de jazz del Área de la Bahía, cuya vida se ve en peligro cuando una de sus oyentes (interpretada por Jessica Walter) desarrolla una peligrosa obsesión con él. Un tipo de papel que no era el que buscaba, pero que cumplió con los requisitos del estudio.
Eastwood había interpretado a un detective en ‘En la cuerda floja‘, a un policía con problemas de corazón en ‘Deuda de sangre‘ y a un horticultor convertido en traficante en ‘Mula‘. ‘Play Misty for Me’ llegó como un éxito de taquilla y permitió al público ver un lado más vulnerable del actor, alejado de su icónico Harry el Sucio.
Es una suerte que accediera a protagonizar esta inquietante película, porque dio pie a que llegaran otros éxitos como director como ‘Infierno de cobardes‘ o ‘Primavera en otoño‘, adquiriendo la libertad de crear proyectos más personales y de permanecer detrás de la cámara cuando quisiera. A día de hoy, sigue combinando actuación y dirección, con películas como el thriller judicial ‘Jurado Nº 2‘, demostrando que ambas pasiones se pueden compaginar.