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Estados Unidos está en un proceso de implosión político y social tan severo que tanto cine como crítica acaban necesitando comentarlo de una manera tan mayúscula que tiende peligrosamente al ombliguismo. Aun así, la confrontación ideológica tan intensa que viven no nos es tan ajena, y podemos conectar con las películas americanas que lo tocan aunque sea por pura osmosis cultural occidental.

Dos de las películas más comentadas del año quieren tomar precisamente el pulso político de una manera frontal y hasta combativa, dialogando entre ellas de una manera accidental y fascinante, especialmente teniendo en cuenta que llevan años de periodo de gestación y comenzaron a producirse antes del regreso de Trump a la presidencia. Dos autores distintos, pero dos historias caldeadas por el mismo contexto y enfoques que acaban siendo más complementarios de lo que esperaban.

Estas obras son, por supuesto, ‘Eddington’ de Ari Aster y ‘Una batalla tras otra’ de Paul Thomas Anderson. La segunda está siendo la conversación cinéfila del momento y una de las películas más aclamadas del año (con merecimiento), mientras que la primera tuvo una conversación caldeada en un nicho más concreto y tuvo más reacciones divididas (también con merecimiento). Ambas con ánimo satírico en sus tonos, aunque también atravesadas por una violencia inevitable por el enfrentamiento que abordan. Sus movimientos y decisiones varían, pero ambas están queriendo hablar de lo mismo: el estado de descomposición actual de Estados Unidos.

Entre la lucha y el absurdo

Ambos están observando cómo la situación tumultuosa de la conversación política está en modo combativo de forma constante. Aster entra más de lleno en los tomas y dacas entre bandos políticos enfrentados, indagando en la influencia de las redes sociales y el desestabilizador efecto de la pandemia para derivar a determinados sectores al extremo de la idiocracia. Anderson, por su parte, intenta conectar más con unos colectivos revolucionarios asolados por la persecución de las represivas fuerzas de seguridad estatales que actúan con impunidad.

A partir de aquí spoilers tanto de ‘Eddington’ como de ‘Una batalla tras otra’

Las dos películas acaban identificando cómo determinados poderes menos visibles, principalmente económicos, actúan en la sombra y favorecen el conflicto para beneficio de sus intereses, intentando mantener conexión con aquellos que les puedan resultar beneficiosos. Las cuestiones raciales también atraviesan ambas historias, mostrando como las minorías son puestas entre la espada y la pared a la fuerza por estos enfrentamientos políticos.

Caen en determinados lugares comunes, porque intentar hablar de la situación de la política americana te lleva a los mismos pecados capitales, aunque terminan siendo claves las decisiones autorales para que ambas películas se reciban de manera tan distinta. Ambas películas arrojan conclusiones bastante opuestas y sensaciones bastante diferenciadas sobre qué futuro se presenta.

Eddington 2025 Joaquin Phoenix Pedro Pascal
Eddington 2025 Joaquin Phoenix Pedro Pascal

Aster es un cineasta mucho más impulsado por el desasosiego y la ansiedad, siendo tan producto de las provocaciones del algoritmo en sus redes sociales como los personajes que dibuja y caricaturiza. ‘Eddington’ no puede evitar sentirse angustiada por lo que observa como un desquicie general, aunque claramente incentivado por conspiracionistas y un capitalismo tecnológico imparable que va a salir impune de todo esto. El final con una empresa grande instalando al fin su banco de datos masivo en el pueblo es la representación del miedo de Aster a que este efecto polarizante sea irreparable.

Es posible que un Anderson más temprano hubiese seguido impulsos similares. Sin embargo, el actual decide tener esperanza no sólo en la revolución sino en las futuras generaciones. Los combatientes veteranos como Leonardo DiCaprio han perdido ya su relevancia en la lucha por dejarse llevar por cierto acomodamiento y conservadurismo (además del efecto anestesiante de las drogas), pero ‘Una batalla tras otra’ muestra como sus peleas del pasado, aunque puedan parecer violentas o performativas, tienen un impacto en organizaciones futuras como los mexicanos que han aprendido como actuar en caso de persecución. Y pueden ser todavía inspiración para que los más jóvenes comanden sus propias batallas.

Donde Aster ve desesperación, dominación y absurdo, Anderson acaba viendo ilusión, contestación y también absurdo (porque el caos es complicado también de escapar). ‘Eddington’ intenta hacer humor mientras la sonrisa en su cara se tuerce por el horror, mientras que ‘Una batalla tras otra’ ve la lucha como algo con costes inevitables pero necesarios, sin caer en lo inocentón. Ambas películas también difieren en cómo aterrizan sus ambiciones, pero eso ya es una conversación más cualitativa. La clave es que ambas intentan ser una puerta a visualizar el futuro, una más oscura y la otra todavía contingente. Por eso son dos de las películas más comentables del año.

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