Y ha llegado la semana de los premios Nobel y, como cada año, empieza con el premio Nobel de Medicina. En esta ocasión, ha ido a parar a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi “por sus descubrimientos relacionados con la tolerancia inmunitaria periférica».
El anuncio ha tenido lugar a poco más de las 11:30 (hora peninsular española) en la Asamblea del Nobel, celebrada en el Instituto Karolinska, en Estocolmo (Suecia). Como siempre, el encargado de anunciar el nombre de los ganadores, primero en sueco y luego en inglés, ha sido John Perlman, el secretario de dicha Asamblea.
Los ganadores se tendrán que repartir un premio de 11 millones de coronas suecas, que equivalen aproximadamente a 1 millón de euros. Es cierto que no es el galardón científico más cuantioso, pero sí uno de los que más renombre tienen. Además, sí que ha aumentado generosamente en los últimos años.
Premio Nobel de Medicina a los estudios sobre las defensas de nuestro cuerpo
Sin los sistemas a los que han dedicado su investigación estos tres científicos, nuestro cuerpo se atacaría constantemente a sí mismo. Con distintas aportaciones, contribuyeron al descubrimiento de las células T reguladoras, que evitan que las células inmunes ataquen nuestro propio cuerpo.
El primer gran paso lo llevó a cabo Shakaguchi, en 1995. Este científico de la Universidad de Osaka desmintió una idea muy generalizada por aquella época. Entonces se creía que la razón por la que el sistema inmunitario no ataca continuamente al propio organismo es únicamente que las células inmunitarias potencialmente dañinas se eliminan en el timo, un órgano en el que maduran algunas de las células esenciales del sistema inmunitario. Shakaguchi estaba de acuerdo con este tipo de defensa, conocida como tolerancia central, pero consideraba que había algo más. De hecho, señaló la existencia de unas células concretas que actuarían como centinelas para detener esas células potencialmente peligrosas, incluso si lograban escapar del timo.
Poco después, en 2001, Brunkow y Ramsdell hicieron otro hallazgo clave. Habían estado observando una cepa específica de ratón que era muy vulnerable a las enfermedades autoinmunes. Es decir, a esas enfermedades en las que, finalmente, el sistema inmunitario ataca a algún componente propio del organismo. Al observar los genes mutados que podrían estar conduciendo a este efecto, vieron que todo podría estar relacionado con un gen al que llamaron Foxp3. No solo identificaron el gen, sino que comprobaron que, cuando se producían en humanos, esas mismas mutaciones conducían a una enfermedad autoinmune grave llamada IPEX.


¿Cómo se unen las dos investigaciones?
Si bien los dos científicos estadounidenses no habían trabajado junto a Shakaguchi, cuando este supo de sus hallazgos descubrió que el gen Foxp3 contiene las instrucciones para la síntesis de las células que él había descubierto en 1995. Todo tenía una conexión. Estas células se bautizarían más tarde como células T reguladoras.
Hoy en día sabemos que su función es monitorizar continuamente al sistema inmunitario y asegurar que sus células solo atacan a agentes potencialmente dañinos, nunca a los componentes propios del organismo. Si detectan que pueden volverse contra el organismo, se encargan de suprimir su acción para que no puedan llevar a cabo el ataque.
¿Por qué merecen estos científicos el premio Nobel de Medicina?
Gracias a los hallazgos de estos tres científicos hoy en día se conoce mucho mejor el origen de las enfermedades autoinmunes. Dicho conocimiento ha ayudado al desarrollo de tratamientos mucho más específicos. Pero no solo son útiles para tratar estas enfermedades. Su estudio también ha ayudado a diseñar tratamientos experimentales contra el cáncer. Incluso, lógicamente, puede garantizar protocolos más eficaces para evitar el rechazo tras el trasplante de un órgano. Por todo esto, estos científicos se han considerado merecedores del premio Nobel de Medicina en 2025.


Una mujer que se suma a una lista muy escueta
Si bien el premio Nobel de Medicina es el que más mujeres han ganado dentro de las categorías científicas, siguen siendo una abrumadora minoría. Hasta el momento, solo han ganado el premio 14 mujeres, incluyendo a Mary Brunkow. Estamos de enhorabuena. ¿Seguirá la racha con el premio Nobel de Física y el de Química? Pronto lo sabremos.