Cumpliendo con su calendario, Apple ha vuelto renovar su reloj inteligente y, repitiendo la tendencia que de los últimos años, lo hace con mejoras incrementales que poco a poco van confirmándonos que, lo que en principio era un producto incipiente y con serios interrogantes, ya es un producto maduro, tremendamente asentado en el mercado y con el que cada vez es más difícil sorprender. El Apple Watch Series 11 es, de nuevo, un producto tan redondo que es complicado buscarle peros, pero que tras 12 generaciones (de la Series 0 a la 11) sigue arrastrando el mismo talón de Aquiles.
Ya el año pasado decíamos que era complicado echar de menos alguna funcionalidad en un producto tan bien construido y consolidado como el entonces presentado Apple Watch. Si el Series 10 era un producto magnífico, el Series 11 lo sigue siendo. Y es así porque, en esencia, se trata del mismo dispositivo, con pequeñas mejoras aquí y allá, pero que ofrece la misma experiencia de uso. Llegados a este punto, es acertado pensar si sigue siendo necesario que el reloj de Apple se renueve cada año, o al menos, si tiene que hacerlo cuando los saltos entre generaciones son cada vez más pequeños.
Si uno se para a mirar con detalles sus especificaciones técnicas, verá que tanto el Series 10 como el Series 11 es exactamente el mismo dispositivo. Mismo chip, mismo tamaño, misma pantalla e incluso mismos colores. Con ambos en muñeca, y de no ser porque el Series 11 llega en un gris espacial, es imposible distinguir uno del otro. Y menos en el día a día.


El Apple Watch ha alcanzado un nivel que es complicado sorprender con cada generación
Esto, que puede parecer algo negativo, en realidad no lo es. Es un producto redondo si como en otras generaciones aceptamos su carencia más importante: la batería. Si bien uno de los reclamos más significativos del Series 11 frente a modelos anteriores es, precisamente, un aumento de autonomía del dispositivo, lo cierto es que apenas hay transferencia de los números teóricos a la experiencia práctica. En principio, el Apple Watch Series 11 ofrece 24 horas de autonomía, y si bien sí que se nota que se llega más holgado de autonomía al final de día, e incluso puedes estirarlo hasta bien entrado el siguiente, sigue sin ser suficiente.
En nuestra prueba, yéndote a dormir con un 100% de batería, te despiertas con un 92%, que sin cargarlo y tras un entreno intensivo a primera hora, pantalla siempre activa y monitorización constante con alguna que otra interacción con el reloj, te deja en aproximadamente el 70% para el resto del día.


Con un día de uso intensivo es bastante probable que llegues de nuevo a la noche con más del 30% por ciento que Apple “exige” para monitorizar la salud, y efectivamente te cumple con las 24 horas e incluso te permite pasar las primeras horas mañana siguiente sin cargarlo. Para los que estamos acostumbrados a llevar un Apple esto es genial, pero para los que entren por primera vez en el ecosistema del reloj de Apple, puede que no sea suficiente.
La autonomía sigue siendo la asignatura pendiente
No cuando la competencia, incluso con dispositivos de la mitad de su precio, ofrecen sobradamente una semana. Podemos pensar que si bien las funcionalidades que ofrece el Watch, como por ejemplo la vigilancia pasiva de la salud, no están en otros dispositivos, lo cierto es que muchos relojes inteligentes de otros fabricantes ofrecen incluso monitorización de la frecuencia cardíaca en tiempo real y de manera constante, e incluso funciones similares (aunque no tan bien pulidas) a las que ofrece Apple.


Apple, no obstante, es consciente de ello, y una de las grandes mejoras del Series 11 es, sin duda, el nuevo sistema de carga rápida. Sobre el papel sigue ofreciendo carga rápida del 0 al 80 % en unos 30 minutos, pero el Series 11 además incluye la opción de 8 horas con 15 minutos de carga, lo que es especialmente útil para el día a día, puesto que el tiempo que tardas en ducharte, tienes el reloj listo para toda la jornada.
Esto te hace menos dependiente de limitada batería del dispositivo, y es una suerte de consuelo, pero dadas las pocas novedades del reloj en otros apartados clave, sí que hubiera sido un golpe en la mesa que el Series 11 ofrecería como novedad, y por primera vez fuera del Ultra y de los modos de bajo consumo, varios días de autonomía, al menos teórica. Tendremos que seguir esperando.
El Series 11 sigue sin tener rival en la mayoría de sus apartados clave


Lo que sí no tiene rival es el cualquier otro apartado. El Series 10 era un conjunto redondo, perfecto, con un diseño tremendamente elegante y rematado con materiales de primera. Esto sigue intacto en el Series 11. Sigue teniendo la mejor pantalla que he probado en un reloj inteligente, ofrece una fluidez del sistema exquisita y un conjunto de funcionalidades perfectas para el usuario general, sumando algún que otro extra para que busquen algo más.
Además, sigue sin tener rival en términos de ecosistema. Si bien sigue dependiendo mucho de aplicaciones de terceros, si buscas funcionalidades avanzadas, Apple ofrece un conjunto de aplicaciones para la monitorización de la salud que está muy por encima de cualquier otro reloj inteligente. Y sus carencias puede ser fácilmente sustituibles por apps de terceros que tienen a día de hoy una calidad excelente.


Lo mismo podríamos decir de los sistemas pasivos integrados para la monitorización de la salud que, literalmente, salvan vidas: este año ha sido la posibilidad de monitorizar la hipertensión, que se suma a las mejoras incrementales de otros años: apnea del sueño, detección de accidentes y caídas, notificaciones de frecuencia cardíaca anómalas, ritmo irregular, fibrilación auricular y largo etcétera, que hacen del último reloj de Apple la mejor opción para los que quieren cuidad su salud.
El Series 11 también ofrece como opción la posibilidad de tener datos 5G, pero en la práctica no hay grandes diferencia significativa frente al ya clásico LTE en el uso del reloj, y también algunas funcionalidades simpáticas como el giro de muñeca para posponer notificaciones. Fuera de ello, sigue siendo el mismo producto que el Series 10: uno excepcionalmente bueno.
Además, hay un apartado que se obvia en muchas ocasiones, pero que es vital en un dispositivo que llevamos puesto 24 horas: el confort. Es, junto con el Series 10, el reloj más cómodo que he tenido puesto hasta la fecha, incluyendo relojes inteligentes y no inteligentes. En un dispositivo que además está pensado para dormir con él, es un apartado fundamental, y creo que aquí Apple hizo un enorme esfuerzo el año pasado y que ha mantenido este año. A este aspecto, pocos puede hacerle sombra el Series 11, e incluso dentro de la propia Apple si echamos un vistazo al Ultra 3 o al SE 3.
¿Merece la pena el Apple Watch Series 11?


Si el año pasado lo merecía, este año también. Esto sí, ten en cuenta que las únicas mejoras grandes son el 5G y las pocas horas de autonomía extra, que no suponen una diferencia relevante en experiencia de uso. El resto lo tienes en el Series 10 y algunas de sus funciones de salud incluso en el Series 9. Por tanto, si vienes de alguno de esos relojes es muy complicado justificar la compra de este nuevo modelo a no ser que quieras estar a la última.
Si tienes un modelo anterior, vas a ganar en todo: te llevas el rediseño del año pasado que es el mejor de Apple hasta la fecha. También el dispositivo más nuevo que ofrece la compañía y garantiza años de soporte y actualización y el que quizás es el mejor reloj inteligente del mercado.
El Apple Watch, y en especial el Series 11 como resultado final de todo lo aprendido por la compañía estos años, es un producto tan bueno que cuesta reprocharle algo. Si bien la autónoma sigue siendo la asignatura pendiente (y me atrevo a decir que de toda la gama), es un dispositivo sobresaliente en todos y cada uno de sus aspectos clave, y al que a día de hoy, y si te encaja en el precio, cuesta mucho no recomendar.