Pasan los años y la trilogía de ‘El señor de los anillos’ que Peter Jackson dio a luz hace ya 23 primaveras, además de continuar siendo modélica en múltiples aspectos, sigue poniéndonos los pelos de punta en no pocos momentos. Buena culpa de ello lo tiene la combinación entre la épica inherente a la obra de J.R.R. Tolkien, a la excelente mano del realizador para abrazar la espectacularidad y, por supuesto, a un reparto entregadísimo rebosante de estrellas consagradas y, por aquél entonces, emergentes.

El señor de las imitaciones

Hoy vamos a dejar a un lado a Elijah Wood, Viggo Mortensen y compañía para centrarnos en uno de los veteranos de la función y en el peculiar modo en el que preparó su personaje. Este no es otro que Sir Ian McKellen, que dio vida al inolvidable Istari Gandalf el Gris —posteriormente Gandalf el Blanco— modulando su voz y acento basándose en los de una persona estrechamente vinculada a la Tierra Media.

Según desveló el propio Peter Jackson en los extras de la edición doméstica de ‘La comunidad del anillo’ —vía Businessinsider—, «Ian basó su interpretación de Gandalf en Tolkien. Estaba imitando a Tolkien». El director entregó un buen número material en audio y video del autor sudafricano que McKellen utilizó, junto a las lecturas de la trilogía que efectuaba todas las noches, para moldear su interpretación.

Así explicó su transformación:

«Me estaba mirando en el espejo como Gandalf, ajustando la inclinación de mis hombros. Y sintiendo que mi voz se hacía más profunda, volviéndose más ronca y un poco más precisa que quizás la mía propia».

Y así, inspirándose en la voz de alguien a quien jamás llegó a conocer —no como Christopher Lee, que sí llegó a coincidir con el escritor, a quien admiraba—, Ian McKellen insufló vida al texto de Tolkien y nos encogió el corazón entonando perlas como «No diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas».

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