En la última década, un término ha comenzado a hacerse eco en los pasillos de los festivales de cine y entre las páginas de críticas especializadas: el terror elevado. Este concepto ha generado tanto adhesión como controversia dentro de la comunidad cinéfila y crítica, y no sin razón. El terror elevado busca diferenciarse del terror convencional al enfocarse en aspectos que van más allá del miedo visceral, integrando elementos psicológicos profundos, temáticas complejas y una estética cuidadosamente elaborada.
En SOY DE CINE queremos indagar en este término, explicando qué es el terror elevado con su significado, ejemplos y características.
¿Qué es el Terror Elevado?
El término terror elevado se refiere a películas de terror que se distinguen por su enfoque en la calidad narrativa, la profundidad temática y la estética visual. Estas películas tienden a utilizar el terror no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para explorar cuestiones más profundas de la psique humana, dilemas morales o críticas sociales. A menudo, el terror elevado es sinónimo de un cine que desafía las expectativas tradicionales del género, brindándonos una experiencia que es tanto intelectual como emocionalmente resonante.
Características del terror elevado
A continuación te dejamos con algunas de las características del terror elevado:
- Complejidad temática: A diferencia del terror tradicional, que a menudo se centra en el miedo y la supervivencia, el “terror elevado” cuenta con temas complejos como la identidad, la religión, la sociedad y la familia.
- Estética visual cuidada: La cinematografía en estas películas es de alto calibre, utilizando la composición visual, el color y la iluminación para crear una atmósfera que es tan importante como la historia que se cuenta.
- Enfoque en los personajes: El desarrollo del personaje es crucial en el “terror elevado”. Estas cintas se toman su tiempo para construir personajes tridimensionales cuyas experiencias y transformaciones son esenciales para la narrativa.
- Ambigüedad y subtexto: Estas películas a menudo juegan con la ambigüedad, invitando a los espectadores a interpretar y buscar significados más allá de lo que se muestra en la pantalla.
Ejemplos de películas de terror elevado
Actualmente, podemos destacar a grandes cineastas dentro del terror elevado, como serían Robert Eggers, Jordan Peele o Ari Aster. Estas son algunas de las cintas que podrían destacar dentro de este subgénero.
- Hereditary (2018): Ari Aster debutó con esta perturbadora película que explora el dolor y la pérdida a través de una lente sobrenatural.
- Déjame salir (2017): Jordan Peele utilizó el formato de terror para ofrecer una aguda crítica social sobre el racismo en América.
- La Bruja (2015): Esta obra de Robert Eggers no solo asusta, sino que también sumerge al espectador en las paranoias de una familia puritana del siglo XVII.
- It Follows (2014): Más que un simple filme de terror, es una meditación sobre la sexualidad, la muerte y el inexorable paso del tiempo.
Un término muy criticado
El terror elevado ha sido tanto alabado por elevar el estándar del género como criticado por ser pretencioso. Sin embargo, no se puede negar su impacto en cómo los cineastas y el público perciben el terror. Películas como Déjame salir y Hereditary no solo han recibido elogios críticos, sino que también han logrado un considerable éxito de taquilla, demostrando que hay un apetito significativo por obras que mezclan el entretenimiento con el arte de forma magistral.
El terror elevado es más que un mero subgénero del terror; es un movimiento que busca redefinir qué puede ser el terror en el cine. Al centrarse en la calidad narrativa, la profundidad temática y la estética, estas películas desafían nuestras expectativas y enriquecen nuestra comprensión del miedo.