El cuarto episodio de la segunda temporada de La Casa del Dragón ha sido uno de los más aplaudidos de toda la serie. El capítulo ofrece al fin una brutal batalla entre los gigantescos dragones que pueblan Poniente. Algo que los fans demandaban desde la primera temporada y que ahora parece que será cada vez más habitual en las próximas entregas. Y es que la guerra ha estallado definitivamente y ya no hay vuelta atrás.
Esta épica lucha de dragones la protagonizan Rhaenys Targaryen, fiel a Rhaenyra, y los hermanos Aegon y Aemond Targaryen, líderes del bando opuesto. La guerra civil en el seno de la familia ha llegado a una nueva cúspide con este sanguinario enfrentamiento de consecuencias fatales. Y precisamente la actriz de Rhaenys, la intérprete Eve Best, ha explicado cómo fue rodar toda la secuencia de La Casa del Dragón. Algo tan aparatoso como parece y, por descontado, muy laborioso.
«Lo que ves, en conjunto, obviamente, es absolutamente lo opuesto a lo que realmente sucede. En primer lugar, todos estábamos solos. Todos lo hicimos individualmente. En esta secuencia en particular, debido a que era tan larga, cada uno de los chicos tuvo aproximadamente una semana para filmar su parte. La mía fue de dos semanas, porque Rhaenys está durante toda la batalla», comienza en una entrevista concedida a Variety. «Fueron dos semanas en las que estuve sola en eso, que en realidad tiene el tamaño de una casa pequeña. Esa cosa grande, electrónica y en movimiento», añade.
«Me han dicho que es un poco como un caballo de rodeo. Nunca he subido a uno, pero me han dicho que es similar. Tiene una silla de montar en la parte superior y hay que subir un tramo de escaleras para llegar a ella. Luego te atan a la silla y comienza a moverse. Cuando lo hicimos en la temporada 1, se movía bastante, aunque nunca fue violento, realmente. Pero esta vez hubo algunos movimientos complicados. Era una coreografía bastante compleja que había que trazar: todos esos giros y con ella al revés. Te estás moviendo, las piernas aplastadas debajo de mí mientras da vueltas y vueltas. Fue un muy buen entrenamiento para mis muslos y de cardio. Pilates, ¡chúpate esa!», bromea la actriz de La Casa del Dragón.


Un rodaje complicado
Debido a todo el aparataje, Best confiesa que no estuvo demasiado cómoda durante el rodaje de esta parte de La Casa del Dragón. «Me sentí extremadamente fuera de mi zona de confort. No paré de pedir cojines, necesitaba más acolchado en las rodillas y me sentía muy mal equipada para hacer frente a todo eso. Al mismo tiempo que se mueve, hay cuatro tipos con grandes sopladoras de hojas que te lanzan viento a la cara. Apenas se puede oír nada porque solo escuchas todo ese sonido del viento», rememora la actriz.
«Y luego tienes a un director gritando por un micrófono en algún lugar a lo lejos. ‘¡Mira! ¡Ahí está Vhagar! ¡Aemond está llegando!’ Apenas puedes pensar con claridad. Estás pensando: ‘Estoy en este momento realmente intenso para Rhaenys y tengo que concentrarme’, pero a veces simplemente te aferras a ello con todas tus fuerzas», reconoce a su vez. Y es que para que la escena quede realista, en La Casa del Dragón no solo hacen falta buenos efectos especiales.
«Hubo un momento que fue particularmente elaborado. Es cuando los dragones giran en espiral. Tenía que parecer como si estuviera haciendo un giro de 360 grados con Vhagar y estuve colgando boca abajo durante un buen rato. En tiempo de pantalla creo que es un momento minúsculo, pero en la práctica fue una tarde entera haciendo que esa máquina diera un giro de 180 grados», lo ejemplifica Best. Ese día fue especialmente complicado para ella, que incluso quedó atrapada entre la maquinaria.
«Comencé y estaba vertical al suelo, y luego lo hicieron girar 180 grados hacia el otro lado. Dios, mis muslos y mi corazón estaban trabajando al máximo. Luego se detuvo y dijeron ‘corten’, y se supone que la máquina se enderezaría sola de inmediato. Pero hubo un retraso, ¡así que me quedé colgada en el asiento! Todos se habían levantado para tomar un café mientras yo me aferraba a esta cosa por mi vida. «¡Dejadme bajar! ¡Que alguien me baje! ¡No os olvidéis de mí!’ Solo había sido un retraso de unos segundos, pero me pareció un año. Los músculos de mi estómago se sintieron extremadamente orgullosos de sí mismos ese día», concluye la anécdota.


Una samurái en La Casa del Dragón
Al final del combate de La Casa del Dragón, Rhaenys y su dragona Meleys mueren en las fauces de Vhagar. Un momento muy impactante para el que el personaje parecía estar preparada. Al menos así lo trabajó Best. «Sentí con mucha fuerza que había momentos realmente importantes que necesitábamos remarcar. En particular, el conocimiento de que era muy probable que se tratara de una misión kamikaze», reflexiona la actriz. «Cuando se propone, sabía que tenía que asumir esa responsabilidad si alguien iba a tener que asumir tal peso. No podría ser Rhaenyra. Tenía que hacerlo. Creo que sabe que tiene que sacrificarse por el equipo», insiste.
«Al final de la primera temporada, ella toma la decisión consciente de no iniciar una guerra, de no bombardear a todo el mundo. Desde entonces, todo el mundo ha estado diciendo: ‘¿Por qué no lo hiciste?’ Todo el mundo se lo toma como algo personal y ella todo el tiempo mira el panorama general. Siempre se levanta, deja lo personal a un lado y se eleva por encima», señala Best. Es precisamente el contraste con aquella escena de la primera entrega de La Casa del Dragón lo que añade la carga emocional perfecta a su sacrificio.
«La cuestión es que, en última instancia, independientemente de lo que sintamos, por muy apegados y devastados que estemos, la idea principal es que no debemos enviar dragones a la guerra», sentencia, equiparando las criaturas de la serie con las armas nucleares del mundo real. «Cuando ella dice: ‘Yo seré quien lo haga’, sabe que no habrá vida después de eso. La decisión de ir, ese segundo regreso para enfrentarse a Vhagar, es una misión absolutamente kamikaze. Para mí, fue entonces cuando ella se sintió una samurái. Fue la última resistencia de la noble guerrera. Podría haber escapado, y tal vez podría haber dejado que el resto se ocupara de ello. Pero da la vuelta porque sabe que eso es lo que tiene que hacer, moral y espiritualmente», concluye su explicación.


El quinto episodio de la segunda temporada de La Casa del Dragón se estrena en Max el lunes 15 de julio en España, la noche del domingo 14 de julio en América Latina.