La primera temporada de El señor de los anillos: los anillos de poder, llevó el lirismo épico de J.R.R. Tolkien a un nuevo nivel. Eso, a pesar de que no adapta directamente una de sus obras y que, en ocasiones, se tomó enormes libertades con respecto al puntilloso canon oficial del escritor. Para la segunda entrega, la serie siguió un camino distinto que ya es evidente en su primer episodio. El de hacerse más oscura, dura y en general, mucho más cercana a la sensación que el mal pernicioso que encarna Sauron (Charlie Vickers) está en todas partes y a punto de atacar de la manera más cruel, imaginable. 

Por lo que dedica tiempo e interés a profundizar en el personaje. Y por primera vez, ya descubierta su identidad en el final de temporada de la entrega anterior, se narra qué ocurrió mucho antes de presentarse como Halbrand ante Galadriel (Morfydd Clark) como un aliado incondicional. En un largo prólogo de, al menos, veinte minutos, la serie narra el cómo el maiar corrompido fue asesinado por Adar (Sam Hazeldine). Un suceso que, de nuevo, se toma libertades — apreciables — con el mundo de Tolkien, pero que le brinda mayor sustancia a Sauron como enemigo a vencer. Eso, al establecer que puede ser tomado por sorpresa gracias a su vanidad y arrogancia. 

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El giro logra que el contexto del mayor villano de la Tierra Media, tome un tono trágico. De hecho, esta será la tónica del argumento, que asume desde el principio que la criatura maligna interpretada por Vickers es el centro de lo que narra. Por lo que matiza su personalidad y le hace más cercano — comprensible — que nunca. También, el actor explora con mucha más habilidad en su ambigüedad, por lo que ya no se trata solo de una némesis a vencer. Es un punto central para entender la trama de la serie en su conjunto y su mayor conflicto a futuro.

Un ser maligno con un destino que cumplir

Los Anillos de PoderLos Anillos de Poder

El enemigo de los hombres libres del legendario territorio, está dispuesto a controlarlo y dominarlo. Y comienza, de inmediato, por dar los primeros pasos en esa dirección. El señor de los anillos: los anillos de poder mejora en ritmo y es notoria la decisión de alejarse de la placidez de los anteriores. Lo que provoca que este primer acercamiento a la historia de Sauron parezca extraña al propio argumento. Un apéndice que no encaja de forma inmediata con el resto de lo que se muestra. 

Esa desconexión afecta el resto de las tramas que se repasan en el primer episodio. En especial, cuando Sauron toma la forma de Annatar y se encamina de inmediato lo que será su objetivo en adelante. La escena, aunque espléndida, le separa del resto del argumento y apuntala que su misión, será, quizás, el giro más claro y mejor narrado de la serie. A saber: tentar a Celebrimbor (Charles Edwards) para que continúe en la forja de más anillos poderosos. Un punto que el comienzo de temporada analiza como el principal de la temporada y que, además, rige los destinos de los que incluso no se encuentran en Eregion.

Los Anillos de PoderLos Anillos de Poder

Como se recordará, durante el final de la primera temporada de El señor de los anillos: los anillos de poder, Galadriel descubrió que el misterioso artesano Hallbrand era Sauron. Lo que de una u otra forma indicaba algo peor. Que la forja de los Anillos de Poder — al menos, tres de ellos — había sido influenciada de manera directa por el maiar corrompido. Algo que podría significar que el poder de la joya, no es todo lo puro que podría esperarse. Pero en medio de una situación crítica — la pérdida de la longevidad de su pueblo — la elfa guerrera evitó contar ese detalle crítico. La nueva entrega retoma el punto y lo lleva más allá. 

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