Ismael Cruz Córdova fue uno de los grandes fichajes de Los Anillos de Poder en la primera temporada. El actor portorriqueño asumía un personaje totalmente original que no aparece en los escritos de J.R.R. Tolkien. Su elfo Arondir resultaba ser un sufridor muy valiente que incluso tenía el honor de cruzarse con algunos de los nombres más importantes de la mitología de la saga. Pero en realidad, lo que está por venir es un misterio incluso para el propio intérprete.

Al ser un héroe creado para la serie, solo los showrunners saben cuál será su desenlace. Y ni siquiera Córdova lo ha conseguido averiguar. Así nos lo cuenta en una entrevista exclusiva a Hipertextual durante la presentación de la serie. «No, nada. Me da la libertad y la ansiedad«, se ríe el actor de Los Anillos de Poder. «Es que el chamaco es tan heroico que va y de repente con una cáscara de guineo ahí se puede caer por un barranco. Así de fácil. Le puede pasar lo que sea cuando sea. Por eso siempre me tengo que portar superbien, no es como que tenga que llegar hasta el final», continúa bromeando.

«Yo tengo un proceso con este personaje para mantenerme en momento a momento. Trato de no sobreatarlo o ligarlo a un tipo de investigación del lore. Yo estoy empapado con lo que es Tolkien y lo que son los elfos a un nivel bastante profundo. De ahí en adelante, permitirle estar y vivir. Y yo creo que se beneficia mucho el personaje de eso», revela Córdova. Así, el tener abiertos todos los caminos le permite darle un empaque mucho mayor a su Arondir.

«Es un nervio bien vivo dentro de unos personajes que a veces ya tienen unos marcos, unos márgenes bastante fuertes. Eso me gusta del chamaco, es peligroso. Es que no se sabe, no se sabe… No lo empujes porque tú no sabes qué va a pasar», insiste. Y es que el elfo no tiene un rumbo fijo como sí lo hacen otros personajes de Los Anillos de Poder como Sauron, Galadriel o Isildur.

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El lado oscuro

Córdova explica también cómo la tristeza que Arondir siempre sintió por dentro ahora se incrementa en la segunda temporada de Los Anillos de Poder. «Es como que estaba en el piso, le dijeron ven acá y le dieron otro galletazo. El chamaco… me agrada que se reconozca que no ha tenido un receso. Porque la ha pasado mal y le están dando por todos lados. Cuando tiene ese poquito como de esperanza, que se enamora, de repente también eso se lo sacan», lamenta su intérprete.

«Yo le tengo mucha compasión, mucho cariño. Esa curiosidad superintensa que él tiene… Es bien bohemio, es un poeta, solamente llora… pero no llora, esa es la cosa. Ahora le toca de nuevo con un luto increíble tomar decisiones: ‘O me quedo o me voy. O me escondo o soy líder. O escapo o soy papá de este nene'», revela a su vez. Porque la nueva entrega de la serie no le dará tregua al elfo. Y tendrá que intentar sacar la fortaleza interior que le quede. «Lo vemos en esa pregunta y con la capacidad, o como yo digo, el potencial de irse al lado oscuro o al otro lado. Eso es lo bonito del personaje. Y no ya digo más», deja caer Córdova. Para descubrir la respuesta, hay que ver cómo termina la segunda temporada de Los Anillos de Poder.

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