Tras muchos meses de espera, llega al fin a los cines Anora. La gran ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes aterriza en las salas para encandilar ahora al público. Una comedia escrita y dirigida por Sean Baker, quien ya deslumbró hace unos años con filmes como The Florida Project, Red Rocket y Tangerine. Ahora, lanza la que aspira a convertirse en la gran favorita para la nueva temporada de premios y, quizás, consolidarse como la principal aspirante para los próximos Premios Oscar.

La historia de Anora se centra en Ani, una joven bailarina erótica de 23 años que trabaja en un club infestado de clientes. Allí conoce a a Iván, un chico ruso multimillonario de 21 años que solicitará sus servicios de manera cada vez más exclusiva. Lo que comienza como una relación por dinero va evolucionando cada vez más allá. Así, de manera totalmente impulsiva deciden casarse. Pero el idílico cuento de hadas para Ani acaba convirtiéndose en una compleja e intrincada tragedia cuando los aristocráticos padres de Iván descubren lo sucedido y amenazan con viajar hasta Nueva York.

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Anora

ganadora del Festival de Cannes 2024, Anora es con toda probabilidad el mejor trabajo de Sean Baker. Un ejercicio de estilo eléctrico, humano y desternillante en el que Mikey Madison deslumbra con su vitalidad y energía. Un apabullante equilibrio de géneros que transita el drama de prostíbulo, la comedia surrealista y el thriller de mafiosos con una naturalidad impresionante.


























Puntuación: 4 de 5.

Anora es una película que pilla totalmente de improvisto a los espectadores. Hay quienes podrían pensar que, por tratarse de la ganadora de Cannes, se trata de un filme de autor muy poco accesible. Nada más lejos de la realidad. Baker construye una película muy sencilla y atractiva para cualquier tipo de público, sin necesidad de algarabías intelectuales ni pedantería. El cineasta narra una historia muy abierta y, sobre todo, muy divertida.

Porque todo comienza como una suerte de tragicomedia en la que todo es tan bonito como incómodo. La protagonista vive una situación de ensueño, su vida se ha convertido en Pretty Woman y el director de Anora lo muestra siguiendo los estándares de este tipo de historia de Cenicienta con gran agilidad.

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Pero, en realidad, el tufo rancio y misógino de ese mundo de la prostitución está presente en todo momento. Baker se encarga de recordarlo una y otra vez, haciendo imposible que disfrutemos y nos dejemos llevar por el romanticismo de esa primera parte. Esta contradicción en los códigos morales ya resulta muy interesante de por sí. Pero de pronto todo cambia.

Anora da un giro radical de tono a partir del primer tercio de película y se convierte en un divertidísimo drama cuando la protagonista empieza a darse cuenta del peligroso mundo en el que se ha metido. Baker lleva a cabo un colosal ejercicio de estilo en el que va cambiando de género entre el thriller de mafiosos, la comedia surrealista, el drama de prostitución e incluso el humor slapstick. Todo es desternillante y, a su vez, es imposible no sentir inmensa pena por la situación de Ani. En esencia, es una de las comedias más tristes realizadas jamás. Es tan diferente y a la vez encaja tan bien que, al terminar, la sensación es la de haber visto una pieza de orfebrería cinematográfica.

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