Un avión que despegó de Londres con destino a Singapur ha tenido que aterrizar de urgencia en Bangkok debido a las turbulencias extremas a las que se vio sometido. Lamentablemente, para cuando logró aterrizar ya era tarde. 30 personas estaban heridas y al menos una había fallecido. Esto puede resultar increíble. Si alguien muere a causa de las turbulencias del avión pensamos que es porque este se ha estrellado. No obstante, este Boeing 777-300ER de la compañía Singapore Airlines pudo aterrizar correctamente.
De momento no ha trascendido información sobre las causas de la muerte de este pasajero. Tampoco de las lesiones del resto. Si lo comparamos con lo sucedido en otros vuelos en el pasado, es posible que se debiese a lesiones causadas por objetos del equipaje que salieron de sus compartimentos. O también porque los pasajeros saliesen despedidos o se cayesen en caso de andar por el pasillo o no llevar el cinturón puesto.
Las turbulencias en el avión a veces se pueden prevenir. La tripulación avisa a los pasajeros de que se va a cruzar una zona en la que es necesario que usen el cinturón. El aviso normalmente se manda antes de que estos lleguen a notar el movimiento. Sin embargo, en otras ocasiones todo ocurre tan deprisa que no hay apenas margen de actuación. Posiblemente eso es lo que ha pasado con este avión, aunque, lógicamente, ahora será necesario que se investigue lo sucedido.
¿A qué se deben las turbulencias en el avión?
Las turbulencias en un avión se producen cuando este cruza zonas en las que el aire se mueve de forma irregular. Esto puede ocurrir si se encuentra con obstáculos, como montañas, o por cambios de presión derivados de fenómenos meteorológicos.
Como consecuencia de ese movimiento irregular, el avión puede cambiar bruscamente de altura o de ángulo, llevando a veces a los pilotos a perder el control. Incluso pueden romperse partes de la estructura de la aeronave, como la cola, causando un accidente inmediato.


Afortunadamente, los aviones están cada vez mejor preparados para resistir las turbulencias. Su estructura soporta los cambios de presión y los movimientos irregulares del aire. Los pasajeros tampoco perciben apenas esos cambios de presión en el interior, debido a la presurización de la cabina. Pero lo que aún no se ha logrado solucionar por completo es el movimiento brusco que puede causar accidentes entre las personas que se encuentran en el vuelo.
Por ejemplo, en el caso de las turbulencias en el avión de Singapur, se sabe que pasó en solo tres minutos de volar a más de 11.000 metros a descender hasta los 1.830 metros.
Si en ese momento los pasajeros caminaban por el pasillo o no llevaban cinturón de seguridad, es posible que algunos saliesen despedidos. Incluso si llevaban cinturón, pudieron ser golpeados por algún objeto dentro de la cabina. Obviamente, este tipo de sucesos también causan mucha ansiedad entre los pasajeros, que podrían ser fatales si alguien padece del corazón. Pero, en general, esa no suele ser la causa de los fallecimientos por turbulencias en el avión.
No es la primera vez que ocurre algo así
Los accidentes por turbulencias en el avión son muy raros, pero no imposibles. De hecho, según la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, entre 2009 y 2021 hubo 30 heridos graves entre los pasajeros y 116 entre la tripulación de todos los vuelos que despegaron desde este país. Teniendo en cuenta que cada año vuelan millones de personas, las cifras son extremadamente bajas.
Esto se debe a que, en realidad, las turbulencias severas no son habituales. A las alturas a las que normalmente vuelan los aviones, solo hay un 3% de la atmósfera en la que normalmente hay turbulencias ligeras, un 1% con moderadas y mucho menos de un 1% de turbulencias severas. Estos números hacen referencia a turbulencias habituales. También pueden producirse turbulencias en el avión por causas excepcionales, como una tormenta.


Entre los casos más recientes de muertes por turbulencias en un avión se puede destacar el que sucedió en marzo del año pasado, cuando una mujer estadounidense murió en un vuelo de negocios. Poco después, se reportaron en el mismo país 7 hospitalizaciones a causa de turbulencias entre pasajeros de un vuelo comercial.
El modelo de queso suizo contra las turbulencias en el avión
Para prevenir consecuencias graves por las turbulencias de un avión, los pilotos siguen lo que se conoce como modelo del queso suizo. Este también se empleó en los inicios de la pandemia de COVID-19 y consiste básicamente en seguir el mayor número posible de precauciones, de manera que las fortalezas de unas tapen las debilidades de otras, como una loncha de queso que tapa los agujeros de la que se encuentra debajo.
En el caso de las turbulencias en los aviones, lo primero que se hace es diseñar muy bien las rutas, evitando en la medida de lo posible cruzar zonas de turbulencias severas. Se han reportado casos de accidentes por turbulencias en el avión en los que los pilotos decidieron desviarse de la ruta prevista. Esto no debe hacerse salvo que no quede más remedio.
Por otro lado, tenemos la estructura del avión, muy bien preparada para resistir las embestidas de las fluctuaciones en el aire. Los pilotos conocen maniobras para actuar en caso de turbulencias, que actúan como otra loncha de queso suizo. Y, por supuesto, están los cinturones de seguridad.


Si hay más lesiones entre tripulantes que entre pasajeros se debe a que estos pasan más tiempo sin cinturón. De hecho, es habitual que los accidentes ocurran cuando se están repartiendo las comidas, por ejemplo. Aun así, no deja de ser algo excepcional. Si seguimos las directrices de la tripulación y usamos el cinturón cuando es obligatorio, es muy raro que ocurra un incidente como el del avión de Singapur. No es imposible, pero tampoco lo es que nos caiga un tiesto en la cabeza al salir a pasear. Lo que ha ocurrido con estos pasajeros ha sido terrible y debe estudiarse, pero sin que cunda el pánico.