Las guitarras en llamas no son algo extremadamente extraño en la Tierra. Vimos a Jimi Hendrix prendiendo fuego a su propia guitarra y al guitarrista de Mad Max tocando un extravagante instrumento cruzado con lanzallamas. Pero lo que sí que no nos esperábamos es ver una guitarra lanzando llamas en el espacio.

A ver, literalmente esto no existe, como todos imaginamos. Pero sí que es cierto que la NASA acaba de publicar unas imágenes impresionantes en las que se ve el cruce entre una nebulosa con forma de guitarra eléctrica y un pulsar del que nace una gran columna de plasma, rayos X y partículas de antimateria que giran a lo largo de una línea de campo magnético en el espacio interestelar.

La nebulosa en cuestión se conoce desde los años 90, pero hasta ahora no la habíamos visto como una guitarra en llamas. 

Una guitarra en llamas en el espacio

Cuando éramos pequeños nos solía gustar mirar a las nubes del cielo e imaginarlas con formas de animales u objetos. Muchos todavía nos sorprendemos haciéndolo ahora que somos adultos. Hay que echarle imaginación, pero se puede. Y con las estrellas y otras formas de materia cósmica pasa lo mismo. No hay más que fijarse en los nombres de las constelaciones, que normalmente obedecen a la forma que alguien intuyó ver un día entre las estrellas que las componen.

Justamente eso también es lo que pasó con la Nebulosa de la Guitarra. Fue descubierta en 1993 y los científicos responsables del hallazgo no tardaron en darle este nombre al intuir la silueta de este instrumento de cuerda en los contornos de la nube de polvo.

Las nebulosas son nubes gigantes de gas y polvo que se pueden formar de varias formas distintas. En el caso de esta, los científicos descubrieron que se había formado a raíz del colapso del púlsar B222+65a. Por su parte, los púlsares son estrellas de neutrones que se forman por el colapso de una estrella muy masiva y se quedan girando rápidamente, como si de un faro se tratase. Su nombre procede precisamente del hecho de que, al verse con los instrumentos ubicados en la Tierra, se detecta como una luz pulsátil que apunta hacia la Tierra periódicamente a medida que va girando.

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