Cuando llega el frío, todos pensamos en calefacción, mantas y ropa calentita. Es lo normal en estas fechas. Pero, si lo pensamos, es lo normal hoy en día. En el pasado puede que tuviesen mantas, sí, ¿pero qué otras formas tenían de protegerse? Por ejemplo, sabemos que los romanos eran verdaderos artistas protegiéndose del calor. ¿Pero tenían también trucos contra el frío?

No podemos pensar en los romanos como personas que vivían solamente en la Italia actual. Su imperio estaba distribuido por lugares de climas muy variados. Por eso, a menudo necesitaban protegerse del frío y, sí, sabían muy bien cómo hacerlo.

Sus trucos contra el frío se centraban sobre todo en las vestimentas y la arquitectura de las viviendas. Los arquitectos e ingenieros romanos fueron unos grandes visionarios por muchos motivos. En primer lugar porque estudiaron muy bien el movimiento del Sol y el resto de factores que influyen en el frío o el calor que hará en una vivienda. Así, construían los edificios en la ubicación perfecta para que no fuese necesario recurrir a muchos trucos contra el frío o el calor. Pero, incluso con esa ubicación perfecta, en los meses y los lugares con las temperaturas más bajas era necesario recurrir a métodos de calefacción para las casas y de indumentaria para soldados y ciudadanos. Veamos cómo lo hacían.

Elige muy bien dónde construyes

Los arquitectos romanos, como Marco Vitruvio, estudiaron a conciencia las mejores ubicaciones para construir edificios. Por ejemplo, Vitruvio escribió que en las regiones frías del norte de Roma las casas deberían tener techos, sin patios abiertos, y construirse orientadas al sur. 

Así se maximizaban las horas de sol para mantenerlas calientes. Pero, además, tenían en cuenta la orientación de cada habitación dentro de la casa, ya que la temperatura óptima dependía de la actividad que se realizase en cada estancia. La orientación perfecta quedaría así:

casas de los romanoscasas de los romanos
Crédito: John Gelder,
University of South Australia

Con un buen hipocausto no hacían falta más trucos contra el frío

Los arquitectos romanos idearon un mecanismo de calefacción más rústico que los actuales, como es lógico, pero que tiene poco que envidiarles. Era el hipocausto.

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