Que se rompa un cable submarino (o que alguien lo corte) puede pasar en cualquier lugar. Hay barcos increíbles dedicados al despliegue y reparación de esta infraestructura crítica en nuestro mundo hiperconectado. Sin embargo, cuando pasa en África sólo hay un barco que puede acudir a la llamada en cualquier momento. Se llama Léon Thévenin y lleva más de cuarenta años en funcionamiento.
El barco. Tal y como cuentan en Rest of World, en el mundo hay 62 barcos de reparación de cables que están siempre disponible, pero en África hay sólo uno. El Léon Thévenin forma parte de la flota de Orange Marine, filial del operador francés Orange, y desde hace trece años es el encargado de todas las reparaciones desde Ghana hasta Madagascar. Tiene 107 metros de eslora y la tripulación que lo opera es de 60 personas. También cuenta con un submarino remoto y un pequeño barco de trabajo. Según la ficha oficial del barco, es capaz de hacer reparaciones en condiciones meteorológicas extremas, tanto en aguas profundas como poco profundas.
Los cables africanos. En este mapa podemos ver que el continente está rodeado de innumerables cables que se ocupan de dar conexión tanto a sus habitantes como centros de datos y estaciones terrestres. Entre los más destacados está el ‘Peace Cable’ que conecta Singapur con Kenya, el sistema de cable de África occidental y el Equiano de Alphabet que van de Portugal a Sudáfrica. También destaca el cable 2Africa que con sus 45.000 kilómetros es el más largo del mundo; conecta desde Reino Unido, da toda la vuelta al continente africano y acaba en India. Y hay muchísimos más.
Accidentes. Los cables se deterioran, también pueden sufrir daños tras tormentas o si un barco echa el ancla y lo arrastra. Muchas veces los cortes son intencionados, pero suelen ocurrir en otros lugares de mayor tensión geopolítica como Taiwán o el mar Báltico.
En marzo de 2024, gran parte del oeste y centro del continente se quedaron sin conexión por fallos simultáneos en varios cables. El Léon Thévenin fue el encargado de devolver la conectividad a millones de personas. No ha sido el único caso. En los últimos años el barco está teniendo mucho trabajo porque el Cañón del Congo, un enorme cañón submarino que se extiende 280 kilómetros en el Atlántico, está sufriendo muchos corrimientos de tierra que han afectado a varios cables.
Una gran responsabilidad. Se estima que el 99% del tráfico de internet del mundo viaja por cables submarinos. Si un cable se rompe, puede dejar sin conectividad a millones de personas. Además, en la era de la IA, la conectividad tiene aún más importancia porque conecta la infraestructura que la hace funcionar. El precio a pagar por la tripulación Léon Thévenin es pasar muy poco tiempo con su familia. A veces descansan durante un mes, el problema es que si ocurre una rotura son los únicos que acuden a la llamada.
Imagen | Wikipedia
En Xataka | Los cables submarinos eran de las teleoperadoras, y ahora los están controlando las grandes tecnológicas