El día 14 de octubre llegó el fin del soporte para Windows 10. Es una pésima noticia desde el punto de la seguridad porque deja a millones de ordenadores sin actualizaciones de seguridad. Hay otro motivo que hace de la decisión de Microsoft una idea terrible: la enorme cantidad de basura que se va a generar.

Qué ha pasado. Microsoft ha terminado el soporte de Windows 10 diez años después de su lanzamiento. Parece un periodo más que amplio, el problema es que aún hay muchísima gente usando esta versión. Además del riesgo para la seguridad de estos equipos, en 404media destacan la cuestión medioambiental. 

Aunque no todo el mundo que tiene un ordenador con Windows 10 vaya a tirarlo a la basura el mismo día que termina el soporte, la decisión provocará que muchos acaben renovando sus equipos por este motivo. También está el caso particular de grandes organizaciones, como centros educativos o gubernamentales que probablemente tengan normas que les impidan usar equipos no actualizados, por lo que tendrán que renovarlos en bloque. 

Por qué es importante. Cuando Microsoft decidió acabar con el soporte de Windows 8, la versión sólo tenía un 4% de cuota de mercado. El problema es que Windows 10 está instalado en un 43% de dispositivos, lo que en números concretos son 400 millones de ordenadores. La organización de consumidores PIRG advierte que nunca se ha dejado a una cantidad de equipos tan grande sin soporte de una sola vez y estiman que podría traducirse en 800 millones de toneladas de desperdicios electrónicos. 

E-waste. Los desperdicios electrónicos son una amenaza para el medioambiente. Según la OMS, el desecho incorrecto de este tipo de productos puede liberar hasta 1.000 sustancias químicas, muchas de ellas tóxicas como plomo o mercurio. La extensión de la vida útil de los dispositivos electrónicos se ha convertido en un tema central en el debate medioambiental, lo que ha impulsado la creación de leyes como el derecho a reparar, ya vigente en la Unión Europea.

Soluciones a medias. La solución de Microsoft era que pagáramos 30 euros por seguir recibiendo actualizaciones de seguridad. Hace unos días, la empresa  lanzó un salvavidas a los usuarios que quieren seguir usando Windows 10 extendiendo los parches de seguridad un año más, aunque tenía letra pequeña. En Europa es relativamente fácil hacerlo, pero en Estados unidos es más complicado porque obliga a usar Windows Backup o usar 1.000 puntos del programa Microsoft Rewards.

El camino más fácil para asegurar los equipos es actualizar a Windows 11. El problema es que hay ciertos requisitos técnicos y muchos ordenadores no los cumplen, aunque hay métodos para instalarlo de todas formas

Blancos fáciles. Hay otro problema y es el de la seguridad. Todos recordamos el desastre del ransomware Wannacry en 2017. Impactó a numerosas empresas a nivel global y tuvo su origen en una vulnerabilidad de versiones antiguas de Windows, concretamente Windows XP y Windows Server 2003. El fin de las actualizaciones de seguridad deja a millones de usuarios de Windows 10 vulnerables a ataques como este.

Imagen | Wikipedia

En Xataka | Nos preparamos para despedir Windows 10, pero parte del control aéreo de EEUU aún funciona con disquetes y Windows 95

Ver fuente

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *