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El pasado 3 de octubre salió el nuevo y exitoso disco de Taylor Swift, al menos si entendemos que «salir» significa el hecho físico de que el vinilo esté disponible para comprar en las tiendas y que ya puedas escuchar las canciones en Spotify. Porque la realidad es que la cantautora norteamericana vive en un estado perpetuo de promoción nacido de la fusión desde hace ya unos cuantos años de su vida privada y su trabajo como artista.
No estamos con el manido «el disco empezó cuando la artista se enfrentó a la página en blanco», si no a un esfuerzo consciente por mantener la atención durante más tiempo que los 41 minutos y 40 segundos que dura The Life of a Showgirl. Podemos decir que el disco arrancó con su presentación en el podcast de su ahora prometido, siguió con ese anuncio en Instagram de su boda con 37 millones de likes y continuó con su «documental», la segunda película más taquillera de octubre en Estados Unidos.
A decir verdad, Taylor Swift, sin dejar de dedicarse principalmente a hacer canciones, ha mutado en político. Más que nada porque está en una campaña constante por la atención de sus fans. o incluso si queremos verlo desde un prisma más bienintencionado y no tan comercial, lleva a cabo una especie de servicio público para sus seguidores. No puede producir 12 canciones cada mes, pero sí es capaz de dejar pequeñas miguitas recurrentes para mantener entretenidos a unos voraces fans necesitados de contenido.
‘I Bet You Think About Me’
Si para un mero mortal es imposible contentar a todo el mundo, mucho menos si eres la cantautora norteamericana, habituada a críticas dirigidas más a la persona, que a la música en sí. Tampoco hay que tomarse al pie de la letra el capítulo de Taylor Swift en ‘Padre de Familia‘, donde la abucheaban por ser feliz con su novio y escribir canciones sobre eso en vez de sus desengaños amorosos; pero sí que hay algo de punto y aparte evidente entre la etapa Eras Tour que cerró hace cosa de un año y The Life of a Showgirl.
No sólo es cosa de Taylor Swift que la conversación alrededor de su nuevo trabajo vaya a durar semanas o incluso meses. El disco ha salido a principios de este mes pero, ¿cuánto llevan hablando de él sus fans? Su discografía es su biografía y cada Era es una aproximación a un capítulo de la vida de la cantante de Pensilvania. Sus seguidores mantienen en la relevancia a Swift, ya sea por la regrabación de sus anteriores discos, la recuperación de sus masters, sus relaciones amorosas, sus amistades…
No sólo su discografía es su biografía, sino que ambas tienen una relación simbiótica.
Pocos detalles de su vida son desconocidos para sus fans, y con cada nuevo lanzamiento, Swift crea nuevas experiencias satélite. Ella es plenamente consciente de la atención que recibe y del séquito que va a estar dispuesto a participar en todo lo que proponga; como descubrir infinidad de Easter Eggs a eventos impensables para otro tipo de creadores: yaa en 2014, anticipándose al lanzamiento de su álbum 1989, Swift celebró una serie de «1989 Secret Sessions» en sus diferentes residencias alrededor del mundo donde se les dijo a unos fans cuidadosamente seleccionados que iban a asistir a una especie de evento secreto, sin saber lo que les esperaba.
Otro ejemplo más es el acontecimiento que acompañó a la regrabación de Red y el lanzamiento de ‘All Too Well’ (10 minutes version) (Taylor’s Version). En esta ocasión, Swift decide presentar y regalar a sus fans un romántico y desgarrador cortometraje videoclip. Así que, viendo como suele operar la autora y a la vista de que se acercaba el fin del faraónico último tour, su público ya divagaba sobre cuál sería su nuevo proyecto. Y, como siempre, Swift les dejó una pista: en su último show se dirigía, tras finalizar su última canción, a una puerta naranja dando inicio al color y a la entrada de la nueva Era.
(Taylor’s Version)
Con la cantautora tenemos la impresión de que estamos en un perpetuo happening de Eras y vinilos. The Life of a Showgirl salió el 3 de octubre pero ya estábamos metidos en el bucle de su nuevo trabajo y experimentando su nuevo disco desde ese ‘Karma’ final del Eras Tour.
Todo forma parte de la vida de una showgirl: su relación amorosa, sus apariciones en la NFL para ver a su prometido, la revelación de su nuevo trabajo en el podcast deportivo del propio Travis Kelce y su hermano Jason, la promoción de las diferentes versiones de vinilos que podemos comprar aún sin escuchar ni un single, el anuncio de su matrimonio y la conversación en torno a su anillo de compromiso. Quizás todo empezó de forma orgánica gracias a su relevancia mundial, pero pocas dudas caben de que este estado continuo de promoción es un arma de mercadotecnia que usa a su favor.
Es curioso que el hecho de dar a conocer al público todas las canciones del disco parece un paso más, importante, pero ni siquiera el principal. No sólo hablamos de todo el lore que se crea justo antes del lanzamiento, o de la enorme y lucrativa anticipación de unos fans que se termina cuando finalmente pueden escuchar las canciones. En el caso de Swift va mucho más allá y se renueva en cada nuevo lanzamiento: En esta ocasión el éxito de The Life of a Showgirl vino acompañado de un evento muy taquillero con forma de fiesta/lanzamiento como el que ha sido ‘The Official Release Party of a Showgirl’.
Mientras esperaba a que se abrieran las puertas de la sala, una niña de unos siete años llegó acompañada por su madre. Llena de purpurina y con un vestido adecuado para la ocasión, el hombre del cine le preguntó si venía a un cumpleaños; “No, vengo a lo de Taylor”, le espetó antes de buscar con quien intercambiar sus friendship bracelets. Y como ella, grupos de amigos o parejas hasta sumar una cantidad de espectadores muy por encima de la media para una proyección del viernes tarde. Esta experiencia de comunidad, casi tribal, es lo que busca y consigue la norteamericana.


Después de todo lo planeado con este lanzamiento, las críticas de público y prensa y las innumerables apariciones promocionales, lo cierto es que no estamos ante el final del camino. Las reacciones de su prometido y el hermano de Travis, Jason, ante letras como la de ‘Wood’ tienen al público enganchado al nuevo episodio de ‘New Heights’. Incluso las opiniones sobre las canciones de su cuñada, Kylie Kelce, en su último podcast crea expectación.
Además, ahora añadimos el anuncio de una nueva serie documental sobre el ‘Eras Tour’ que llega a Disney+ a partir del 12 de Diciembre. Todo ello conforma el evento que es el nuevo trabajo de Swift y aunque pueda parecer que estamos ante una ingente cantidad de material, la realidad es que, es tan insaciable el ansia de contenido que produce la norteamericana que los fans casi no han digerido el nuevo disco y ya preguntan sobre las Vault Tracks de ‘Reputation’ o están deseando ver el debut en la dirección de la artista.
‘The Life of a Showgirl’
Esta nueva forma de introducir al público ante un nuevo trabajo también la vemos en varias de las discípulas de la propia Swift, como Olivia Rodrigo o Gracie Abrams. Pero la mayor exponente de esta escuela (y colaboradora en ‘The Life of a Showgirl’) es Sabrina Carpenter.
Carpenter tiene un estilo propio, agudo y con letras llenas de doble sentido que celebran la sexualidad femenina y, al igual que pasa con Swift, también cuida de manera meticulosa la estética y paleta visual de sus lanzamientos. Sus fans adquieren de los swifties el análisis milimétrico de sus letras para establecer una relación con su último interés amoroso. Y, siguiendo el ejemplo de su mentora, Carpenter también suele entrar al juego a través de videoclips como ‘Please, please, please’.
Es conocedora de la conversación y polémica que suscita con sus portadas , videos musicales y estética, usándolo a su favor. Sin ir más lejos, la presentación de su último disco Man’s Best Friend lo realizó en el Hollywood Forever Cementery, según ella lugar perfecto “ya que siempre estoy matando hombres”.
Y no hace falta cruzar el charco para ver paralelismos. Mismamente Rosalía se ha dejado ver en una cafetería estudiando sus nuevas partituras para posteriormente usarlas como primera herramienta de promoción; antes de escuchar propiamente el disco ya podemos echar un vistazo a esas notas de manos de fans que las interpretan leyendo dicha partitura.


Aitana, por su parte, también usa colores para diferenciar etapas creativas, las cuales crean cismas tan debatidos a nivel nacional como ese baile en MiAmor que representaba también el paso a la madurez de la cantante; crea eventos satélite para sus fans como fueron las Alpha House y por supuesto que su vida amorosa dicta lo que dicen sus letras en el próximo disco que está por llegar.
Dice Swift en ‘Father Figure’ (en la versión para todos los públicos) que “Hiciste un trato con este demonio, resulta que mi cheque es más grande.” No es la única razón, pero algo de eso hay a la hora de convertir en un evento a lo largo de semanas y meses un hecho tan puntual como poder escuchar algo más de 40 minutos de nueva música. Hace falta tener la relevancia y el músculo económico para crear todo tipo de experiencias alrededor del lanzamiento de un nuevo disco; y de ambas Taylor va sobrada.
Imagen | Taylor Swift