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A veces las películas que parecían condenadas a perderse en el tiempo de repente vuelven a resurgir con fuerza en el momento más inesperado. Ha ocurrido recientemente con ‘Ni una palabra‘, un thriller psicológico de comienzos de los 2000 protagonizado por Michael Douglas y Brittany Murphy que ha encontrado una segunda vida en Netflix gracias al boca a oreja. 

Un juego peligroso

La película, dirigida por Gary Fleder, nos lanza de lleno a una pesadilla que mezcla secuestros, traumas y muchos secretos. Nathan (Douglas) es un reputado psiquiatra cuya vida se desmorona cuando unos criminales, liderados por un implacable Sean Bean, secuestran a su hija. Lo que quieren no es dinero, sino algo mucho más retorcido: que convenza a una paciente traumatizada (Murphy) para que revele un código que esconde una fortuna. El problema es que la joven lleva una década sin pronunciar una sola palabra.

Lo que viene después es un relato tenso y claustrofóbico donde cada decisión pesa, cada gesto importa y el silencio se vuelve un arma tan poderosa como el miedo.

Más allá de su trama intrigante, ‘Ni una palabra’ destaca por el pulso con el que Fleder maneja la tensión. La puesta en escena juega con el encierro y la sensación de vigilancia constante, mientras la música y el montaje nos mantienen en vilo hasta el final. Brittany Murphy brilla en un papel complejo, frágil y perturbador y a su lado, Michael Douglas ofrece otra de sus interpretaciones intensas, marcadas por esa mezcla de vulnerabilidad y frialdad que lo convirtió en uno de los grandes nombres del thriller de los 90 y los 2000.

Fotograma de la película
Fotograma de la película

Pese a que en su estreno no fue recibida con mucho entusiasmo -recaudó lo justo y pasó casi desapercibida para la crítica-, la película ha envejecido mejor de lo esperado. Conserva ese encanto de los mejores thrillers de la época, donde el misterio y la psicología pesan más que los efectos digitales. Su premisa, sencilla pero eficaz, sigue siendo fresca y sólida.

Quizá por eso, más de veinte años después, ‘Ni una palabra’ haya vuelto a colarse entre lo más visto de Netflix, demostrando que el buen suspense nunca pasa de moda. 

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